Desde ContraHegemonía - La Mella quisiéramos compartir algunas reflexiones en torno al escenario que se abre en estas elecciones, año en que nos encontramos con una facultad muy politizada después de atravesar uno de los mayores triunfos del movimiento estudiantil de los últimos años.
ContraHegemonía es una agrupación que tiene cuatro años de vida, bastante poco para la vida política de toda organización, pero lo suficiente como para permitirnos hacer ciertas lecturas y balances del camino recorrido y en función de eso analizar las perspectivas. Reflexiones que nos disponemos a realizar con honestidad y humildad y esperamos aporten al debate.
Desde 2007 venimos transitando un camino que comenzó con una crítica al modelo gremial imperante en nuestra facultad y fue construyendo a la par el espacio de la izquierda independiente. En 2008 confluyeron el conflicto por el Edificio Único con el conflicto entre el gobierno kirchnerista y las patronales agrarias, y en ese marco nos comenzamos a plantear la necesidad de refundar el Centro de Estudiantes, entendiendo que el modelo sostenido en ese entonces por Oktubre (PO-PTS-29 de mayo), era un modelo que había sido superado y desbordado por la participación masiva de estudiantes que, a la vez que se unían para reclamar la construcción del Edificio Único frente a años de ignorancia y vapuleo con políticas de las gestiones de Sociales, del Rectorado y del Gobierno Nacional, comenzaron a cuestionar fuertemente las prácticas que tenía en ese momento la conducción. La autorreferencialidad que llevaba a estas organizaciones a imponer un programa propio sobre la herramienta gremial del conjunto alejando la posibilidad de la apropiación por parte de los estudiantes del centro, la repartija de los espacios del centro (apuntes, fotocopiadora, comedor) entre los diferentes integrantes del frente, son algunos de los cuestionamientos que podemos mencionar.
A diferencia de la toma del 2008, con la que tantas similitudes se trazaron, esta vez no existió la discusión entre quienes participábamos de la toma acerca de si era el centro o no el representante de los estudiantes y la herramienta a través de la cual nos organizábamos. Ese debate estuvo saldado desde el inicio y no creemos que sea casual, creemos que está cimentado en los pequeños pasos y aprendizajes que tuvimos desde 2008 a esta parte.
Con otra forma de hacer política fuimos confluyendo con las agrupaciones Prisma y La Mala Educación, construyendo un espacio político que se tradujo en la conformación de El Tren de la izquierda independiente, frente con el que ganamos las elecciones en noviembre de 2008.
Desde entonces venimos desarrollando un nuevo modelo de centro de estudiantes. Refundamos el CECSo e iniciamos una lenta pero constante transformación, que comenzó con el impulso de comisiones abiertas de trabajo, la centralización de los espacios de gestión, la revista, la página web, jornadas de debate de distintos temas, asambleas más ordenadas y donde se prioriza la participación de estudiantes independientes, etc. Dos años durante los cuales defendimos la educación pública impulsando clases públicas, bloqueos en el estacionamiento, impulsando el cuerpo de delegados/as, marchas, festivales, talleres culturales, festivales de cortos, etc. Es claro que el Tren no podría haber hecho esto solo. Hemos avanzado hacia ese modelo de Centro de Estudiantes que postulábamos, con un esfuerzo militante propio, pero también con el apoyo, la crítica honesta y el cuerpo de otras organizaciones y estudiantes no agrupados, que se sintieron interpelados por la posibilidad de construir otro modelo de Centro de Estudiantes, y llenaron de contenido cada espacio y cada medida que tomábamos, contribuyendo a su sostenimiento. Fue un logro en la transformación del centro haber podido revalorizarlo como herramienta gremial legítima para todas las agrupaciones y no sólo para la conducción; haber sacado miles de volantes con la firma “CECSo” que contemplaban el trabajo conjunto de las agrupaciones de Sociales; que se consolidaran distintos canales y espacios de participación. Fue un logro que el CECSo dejara de expulsar a los estudiantes de la política y pasara a convocarlos a tomarla en sus manos.
Y estos pequeños pasos que fuimos dando en estos dos años fueron muy importantes este cuatrimestre. Venimos muy recientemente de un conflicto en el que todo se puso en juego; los estudiantes tomamos la determinación de ir hasta el fondo con nuestras reivindicaciones, intransigentes con nuestros fines, y tomamos cuarenta y cinco días la facultad en la lucha por el edificio único. Y lo más importante es que ganamos, y ganamos organizándonos a través del Centro de Estudiantes, tuvimos asambleas de miles a través del centro de estudiantes, hicimos política de a miles a través del centro de estudiantes. Le ganamos la pulseada al decano Caletti y al gobierno nacional, conquistando lo que todos creían imposible. Y este triunfo histórico del movimiento fue logrado con la lucha y la organización en torno a nuestro centro de estudiantes.
¿Y esto por qué es importante ahora? Porque durante el conflicto se puso en cuestión la política que llevábamos a cabo, fundamentalmente por parte de Caletti y las autoridades de nuestra facultad – quienes se amoldan a la política educativa del gobierno nacional sin chistar-, y “su pata estudiantil”, con la UES a la cabeza. Nosotros interpelamos a la gestión, presentamos nuestras demandas, reclamamos por nuestros derechos, nos hicimos oír y conseguimos todo lo que conseguimos. Ante una gestión de la facultad que nos desprestigió e intentó deslegitimarnos, a su pesar, tuvieron que sentarse y reconocernos como actores no ya “tomadores sin razón” sino como interlocutores válidos. Mientras, la UES militaba en contra de la toma, en contra del centro, en contra de los intereses y necesidades de la comunidad de Sociales, y se alineaba con el Decano y las autoridades de la Facultad. La UES y sus secuaces se plantean ahora recuperar el centro. ¡Recuperarlo! ¿Para qué? ¿Para quién? El desarrollo del conflicto nos parece suficiente para imaginar cómo sería un centro de estudiantes conducido por ellos: un centro sin participación, que no se organizaría para conseguir lo que es nuestro, que se amoldaría a las políticas de un Decano que nos ningunea y evidentemente no representa los intereses del movimiento estudiantil de sociales. Pero por si no es suficiente, tenemos más ejemplos: un centro que no defendería el Comedor de MT ni a los estudiantes encausados por ello, un centro que no lucharía por más presupuesto para la educación pública pero que en cambio sí dejaría gustosamente que la facultad aceptara fondos provenientes de la minería contaminante, un centro que no lucharía por becas para apuntes y comida, un centro que no apostaría a la participación en ningún espacio de base.
Pero no nos concentremos en estas imágenes nefastas. Concentrémonos en el Centro que sí tuvimos este cuatrimestre, el centro que sí sirvió como herramienta gremial durante el conflicto, que sí permitió la participación masiva, que sí se organizó por nuestros derechos y que sí triunfó. Ese centro que se consolidó sobre los pasos que veníamos dando y con la militancia y el esfuerzo de distintas agrupaciones. Entre ellas nos encontramos con las que apostaron a la par del Tren a la refundación del CECSo: El Andamio, Socialismo Libertario, Un Solo Grito, agrupaciones con las que además conformamos la Juntada y con las que compartimos la representación en las Juntas de Carrera, y con las que nos encontramos cotidianamente en nuestra militancia más allá de Sociales, en otras facultades y formando parte de la nueva conducción de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), y además en el Espacio Nacional de Estudiantes de Organizaciones de Base (ENEOB) que nuclea agrupaciones de todo el país con las que organizamos dos Foros de Educación, y en la Coordinadora de Organizaciones y Movimientos Populares de Argentina (COMPA), por sólo nombrar algunas experiencias. También nos encontramos con El Viejo Topo-CAUCE, una organización compañera que militó el conflicto codo a codo con nosotros, además de, por supuesto, La Mala Educación y Prisma, organizaciones con las iniciamos el recorrido dos años atrás. Este centro y esta articulación demostraron que hay una forma de hacer política que se consolida y promete cada vez más.
Hoy necesitamos defender y profundizar la transformación del centro iniciada dos años atrás. Por eso llamamos a las agrupaciones con quienes nos hemos encontrado una y otra vez a conformar un gran frente junto a los cientos de estudiantes no-agrupados que han apoyado el proceso de refundación del centro. Podemos demostrar-nos nuestra solidez como espacio de la izquierda independiente, nuestra maduración, nuestra forma de hacer política sin mezquindades y animarnos a escribir esta página en la historia: un paso más en la refundación del centro, la unidad de la izquierda independiente.
ContraHegemoníaCoordinación General - Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSo*)
en La Mella
Nueva Presidencia - FUBA