Balance y Perspectivas
ReTOMAndo el debate
Lejos de la situación de pasividad que caracterizó al movimiento estudiantil en el último tiempo, este año nos encontró organizados y en lucha no sólo a lxs estudiantes de Filo sino también a lxs de otras facultades, terciarios y secundarios de la capital, el conurbano y otras provincias. Y es que hartos de aceptar lo inaceptable, de que se naturalice la situación de precariedad de las cursadas, lxs estudiantes secundarixs dijeron basta y salieron a pelear por sus derechos. Esa sola chispa bastó para que se encendiera un movimiento estudiantil fuerte y organizado como el que se expresó con orgullo y fuerza el 16 de Septiembre. Esa sola chispa bastó para que nos sumemos a esadigna rabia miles de estudiantes de todo el país.
La organización y la lucha marcan el camino, y para corroborarlo nos sobran ejemplos. Lxs secundarixs se pusieron a la cabeza del conflicto, demostrando que la lucha unitaria sería el camino para instalar en la agenda de los medios de comunicación las condiciones paupérrimas de los establecimientos educativos y para avanzar en la resolución positiva de sus reclamos. Así fue que se consiguieron refacciones en las escuelas y la continuación de las construcciones paralizadas, junto con la asignación de las partidas presupuestarias necesarias para ese fin.
Mientras esto pasaba, en la UBA lxs compañerxs de Sociales hacían lo propio por el cumplimiento de viejas promesas: el avance real y concreto de la construcción del edificio único en Constitución; un edificio que fue demorado 14 años. En una lucha heroica, con toma del Ministerio de Educación incluida, de más de 40 días de toma y con participación masiva, se consiguieron refacciones para cada una de las sedes de la Facultad, un monto de 150 mil pesos para becas estudiantiles y una asignación de 20 millones de pesos (firmada por el rector Hallú) para la licitación del 3er pliego del edificio, junto con la designación de plazos de ejecución del mismo.
Todo esto demuestra una gran lección: frente a la organización de lxs de abajo, tiemblan lxs de arriba. Aprendimos que los derechos no se mendigan, sino que se toman, y que si peleamos unidos, ganamos.
¿Y por casa cómo andamos?
En Filo el conflicto estalló a partir de una reunión interclaustros donde lxs estudiantes presentamos nuestro proyecto de edificio y en la que la gestión demostró no tener ninguna intención de generar un proceso de discusión democrático con el conjunto de la comunidad educativa de la facultad.
Luego de un mes de toma, finalmente conseguimos una resolución de Consejo Directivo (a través de una sesión extraordinaria, pública, abierta y masiva en el aula 218, de cara a toda la comunidad) en la que se detalla que el nuevo edificio a construir en el predio de Bonifacio no tendrá ni un metro cuadrado para actividades aranceladas, que si es posible técnicamente sea integrado con el edificio actual, con espacio para más aulas de grados, institutos de investigación y bibliotecas, y en donde se asume como necesario el comedor universitario y el jardín maternal, además de la creación de una comisión multisectorial para consultas y control sobre ese nuevo edificio.
Este saldo positivo se debe en gran parte al trabajo que en estos dos últimos años desarrolló la Comisión de Lucha por el Presupuesto y que posibilitó que lxs estudiantes contemos con una propuesta seria que respalde y refuerce la legitimidad de nuestros reclamos, dando cuerpo a nuestras consignas.
Yo estoy a la izquierda, dado vuelta estás vos!
En la comentada reunión interclaustros, los argumentos de la gestión en contra del proyecto de edificio de lxs estudiantes versaron sobre la inviabilidad del mismo y el desconocimiento práctico de su realización. Estallado el conflicto, las acusaciones fueron en aumento. Trinchero y su séquito quisieron desconocer en sus comunicados la realidad de los hechos: una toma masiva, un nivel de participación histórico y una fuerza en crecimiento. De esta manera, la estrategia que se dieron de cara a nuestra organización fue la del sabotaje, la extorsión y la dilación, apostando al desgaste para quebrarnos.
Los radicales (Modernos en los claustros de profesores y graduados y Puán Para Qué en el claustro estudiantil), por su parte, apoyaron el reclamo en primer lugar, luego no vieron con buenos ojos el método y por último no vieron con buenos ojos nada. Finalmente, terminaron confluyendo con la gestión en un mismo punto: ya convocado el Consejo Directivo nos encontramos con un acuerdo entre ambos sectores para sesionar en el pequeño recinto donde lo hacen habitualmente, de espalda a todos y todas lxs estudiantes, sin querer dar la cara y sin querer resolver el conflicto favorablemente, amparándose en el funcionamiento medieval del régimen político universitario.
Esto demuestra, una vez más, que ambos sectores, por más que se esfuercen en diferenciarse, defienden una universidad desigual, antidemocrática, elitista y mercantilizadora. Sólo con la organización, la lucha y nuestra fuerza logramos imponer lo fundamental de nuestros reclamos en la negociación y nuestras condiciones para garantizar que se vote lo acordado previamente en distintas instancias, en una sesión abierta a toda la comunidad de Filosofía y Letras.
EJES PARA UNA AUTOCRÍTICA
El que reflexiona sobre su lucha, lucha mejor
A lo largo de este boletín marcamos factores positivos de este proceso, su legitimidad y su contexto. Ahora bien, desde La Juntada vemos necesario detenerse y reflexionar para enriquecer luchas posteriores y convertir la experiencia en aprendizaje para acumular como movimiento estudiantil de forma colectiva. Compartimos esta reflexión con todos y todas, como un humilde aporte para seguir construyendo movimiento en Filo.
La toma de la Facultad: una forma y no la lucha en sí misma…
Si hay algo que tenemos que tener en claro es que la lucha por el edificio es de largo aliento y sólo estamos dando los primeros pasos. En este sentido, vemos que la toma se extendió debido a medidas tácticas que a veces dilataron la resolución en lugar de abonar a un golpe efectivo.
El pensar la masificación sólo en términos de participación en las asambleas de la toma, no dejó lugar a pensar en perspectiva la vuelta futura a las aulas y la importancia de sumar al debate a compañeros y compañeras estudiantes que quedaron por fuera de proceso. Por eso desde La Juntada planteamos firmemente desde el comienzo que era necesario ir al Consejo Directivo para cristalizar el debate y romper con las maniobras dilatorias de la gestión. Complementariamente propusimos (y aún lo hacemos) constituir un cuerpo de delegados por curso para capitalizar la correlación de fuerzas ampliamente favorable que hemos construido, apostando a su consolidación en línea con la perspectiva anteriormente mencionada de un conflicto a largo plazo.
¿Cristina = Macri? Un error por partida doble
En primer lugar, plantear desde una concepción de izquierda que se pretende rigurosa y seria esta afirmación constituye un error difícil de explicar. Son conocidas las posiciones de La Juntada respecto de la necesaria independencia que debe tener el movimiento popular del actual gobierno nacional, sus críticas y demás; pero el hecho de no ser kirchneristas no implica caracterizar a este gobierno como un equivalente al PRO fascista de Mauricio Macri. Como izquierda partir de una caracterización así sólo puede llevarnos a intervenir de forma equivocada en la realidad.
En segundo lugar, particularmente en el conflicto de Filo esta consigna abrió la puerta a la gestión para desviar la atención y correr el eje del debate, que claramente tenía que ver con la construcción del nuevo edificio de la facultad… La gestión y las agrupaciones estudiantiles k adictas al Decano intentaron poner la consigna en el centro del debate, para deslegitimar el reclamo, dividir a lxs estudiantes y generar confusión. Lamentablemente, esta puerta fue innecesariamente abierta…
El peligro de aislarse
En todo gran conflicto resulta necesario generar una corriente de opinión favorable entre lxs estudiantes para conseguir nuestros reclamos. Ésta tiene que interpelar y buscar alcanzar a todos y no sólo a los que participan activamente de la lucha. También es necesario buscar coordinar esfuerzos con los trabajadores docentes y no-docentes que comparten nuestra pelea. El “estudiantilismo” nos aísla y le regala al bando contrario voluntades que deberían ser aliadas y contadas entre nuestras filas, sumando fuerzas en una lucha común. La decisión de la gremial docente de filo de apoyar el reclamo estudiantil, en una importante asamblea del gremio, fue un paso adelante. Nos queda como tarea pendiente profundizar la articulación con lxs trabajadorxs docentes y lograr coordinar con lxs no-docentes como una estrategia necesaria para golpear con un solo puño y realizar avances que favorezcan a la comunidad académica en su conjunto.
Y ahora qué pasa, eh?
Es fundamental resaltar que este triunfo sólo fue un primer paso que nos abrió una perspectiva de lucha de cara a seguir transformando filo, por el nuevo edificio, por la democratización del cogobierno, las reformas de los planes de estudio y todo lo que nos propongamos.
Queda en nuestras manos ahora seguir construyendo este proceso, seguir debatiendo y organizándonos en pos de la democratización de las decisiones en torno a la construcción de ese edificio, luchando por el presupuesto necesario, llevando el debate a cada uno de los cursos y contribuyendo al crecimiento de este movimiento, para que siga luchando, ganando y consolidándose como un sujeto político de peso, activo y combativo, creando con su impulso junto con nuestrxs docentes y no-docentes las bases de otra universidad, del pueblo y para el pueblo.
Para esto es importante priorizar el trabajo cotidiano por sobre las consignas, apostando a una mayor participación en las comisiones de base que surgieron como saldo organizativo de este proceso, además de la creación de cuerpos de delegados que tengan como tarea llevar las discusiones a cada uno de los cursos, en pos de masificar el movimiento estudiantil para transformar la identidad gremial hoy existente y construir un nuevo modelo de centro de estudiantes que nos contemple a todos y todas.
El estudiantazo nos deja una gran enseñanza: la batalla no es sólo por más presupuesto o mejoras edilicias, no es sólo por un plan de estudios o una cátedra paralela, no es sólo contra la LES y la CONEAU, no es sólo de lxs docentes, de lxs estudiantes o de lxs no-docentes; es una batalla colectiva que debe apuntar a poner en cuestión el modelo educativo en su conjunto, cómo y para qué/quién producimos conocimiento, y la mejor forma de hacerlo es peleando, organizándonos y proponiendo.
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