Desde fines del año pasado los estudiantes de Exactas vienen dando una batalla ejemplar para impedir que sus carreras sean acreditadas ante la CoNEAU. Este organismo, creado por la Ley de Educación Superior (LES) menemista es uno de los principales instrumentos de sometimiento de nuestra educación e investigación al servicio de multinacionales como Monsanto, Barrick Gold o Microsoft. Compuesto por miembros del poder ejecutivo, legislativo, rectores de universidad públicas y privadas, la CoNEAU tiene como objetivo moldear los planes de estudio de las carreras que son declaradas de "interés público", privilegiando siempre su funcionalidad a las necesidades del mercado laboral por sobre cualquier criterio académico y científico que haga eje en nuestra formación como profesionales y científicos críticos y de calidad. En resumen, la CoNEAU es una parte del paquete de (contra)reformas neoliberales que viene sufriendo nuestra educación desde hace varias décadas.
En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA) esta política acaba de sufrir un duro golpe. En un plebiscito organizado por el Centro de Estudiantes y el gremio docente, más de 1400 estudiantes se pronunciaron contra la acreditación de sus carreras ante la CoNEAU. La semana pasada, en una consulta obligatoria organizada por las autoridades de la Facultad y en la que participaron casi 6.000 estudiantes, más de un 60% se pronunció por el NO a la acreditación. De esta manera, este intento privatizador en la Facultad ha sufrido un fuerte golpe y se ha sentando un fuerte precedente para los futuros intentos de acreditación en toda la Universidad de Buenos Aires.
Este resultado sólo fue posible gracias a una militancia abnegada de agrupaciones y estudiantes independientes que, con el Centro de Estudiantes a la cabeza, lograron instalar en cada curso la problemática de la acreditación. No fue tarea fácil, ya que eran muchos los profesores que haciendo uso de su autoridad en el aula, hacían campaña por la acreditación en determinadas carreras. La organización de jornadas de debate, la edición de boletines y materiales que informaban y explicaban los objetivos del proceso de acreditación, los debates en cada curso y la convocatoria a todos los estudiantes a participar masivamente de la consulta y a votar por el NO, dieron sus frutos. Hoy las autoridades de la Facultad tendrán que respetar la voluntad mayoritaria de los estudiantes: NO acreditar ante la CoNEAU las carreras de grado y desacreditar las carreras de posgrado.
Esta lucha deja muchas lecciones. Creemos que la principal es el convencimiento de que es posible vencer. Que los estudiantes que luchamos debemos tener presente siempre que nuestro objetivo no es la lucha en si misma, sino orientada al triunfo. Años de derrotas y traspiés han forjado una cultura de escepticismo. Muchas veces nos encontramos movilizándonos y participando de diversas instancias de lucha sin lograr el entusiasmo necesario, que sólo es posible adquirir cuando se está convencido de las posibilidad de avanzar, de dar pasos concretos y triunfos reales. Es quizás ese uno de los principales límites que encuentra hoy el movimiento estudiantil y que hace tan difícil generar la participación masiva y sobre todo el compromiso colectivo en cada lucha que damos.
Por supuesto que no faltaron ni faltarán nunca ciertas actitudes boicoteadoras, sustentadas en cálculos mezquinos y no en los intereses del movimiento estudiantil en su conjunto. Pero estamos convencidos de que sabiendo sortear los obstáculos, es posible proponerse metas y cumplirlas. No desviar nuestra atención del objetivo colectivo para perder fuerzas en disputas estériles entre compañeros, resulta necesario cuando se trata de peleas estratégicas como la desarrollada Exactas contra la CONEAU.
Este punto no es menor, ya que las ansias de “delimitarse” del resto de las agrupaciones por parte de algunos ha llevado muchas veces a “debilitarse” al movimiento estudiantil como colectivo. El sabotaje entre agrupaciones que se encuentran en la misma vereda en peleas de esta envergadura, lleva a derrotas que no sólo “las paga la conducción” sino que representan retrocesos sustanciales en el tablero general para el movimiento estudiantil, frustración y resignación en muchísimos compañeros. Los estudiantes de Exactas no sólo derrotaron a la CONEAU, sino que superaron las mezquindades y los obstáculos presentes en las propias filas del movimiento estudiantil, marcando un rumbo claro de organización del cual es necesario aprender y sacar conclusiones positivas de cara a los desafíos que se vienen.
Demostrar y demostrarnos que nuestra lucha sirve para resistir y también para avanzar. Evidenciar que los triunfos parciales son mucho más necesarios que las "derrotas heroicas", si lo que buscamos realmente es reconstruir el movimiento estudiantil. Que la lógica del "cuanto peor, mejor" debe ser desterrada del vocabulario de todo militante con ansias de transformar la realidad.
Esta semanas le tocó a Exactas. Pero el intento de acreditar las carreras ante la CoNEAU forma parte de la agenda en muchas facultades de la UBA, habiendo lamentablemente, ya avanzado en algunas. Sigamos el ejemplo de Exactas. Pongamos en pie un movimiento estudiantil que le ponga freno a la privatización de nuestra universidad. Más que nunca, organicémonos para luchar y luchemos para vencer!
Corriente Julio Antonio Mella
*Presidencia del Centro de Estudiantes de Ciencias Exactas y Naturales (CECEN)
*Presidencia de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA)
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