El acuerdo de los decanos contra el movimiento estudiantil fue llevado hasta las últimas consecuencias. El próximo lunes, intentarán elegir rector custodiados por la policía en el Congreso Nacional a espaldas de toda la comunidad universitaria. Mediante un pacto que incluye a lo más nefasto de la política universitaria, como un decano cómplice de la dictadura militar, una dirección sindical que envió una patota a golpear estudiantes y un grupo de mafiosos que se tomaron el centro de estudiantes de económicas por medio de golpizas y apuñalamientos, pretenden poner una fórmula de "consenso".
¿Para qué? Para que todo siga igual, o, peor, para profundizar la pauperización de la universidad de la que somos víctimas día a día. ¿Para qué? Para hacer caja, para disponer del presupuesto de la universidad. ¿Para qué? Para demonizar a los estudiantes que luchamos durante todo el año por una reforma profunda del estatuto universitario. ¿Para qué? Para que en la universidad no se critique, no se cuestione, no se piense.
Quieren borrar de un plumazo la lucha de todo un año. Pretenden hacernos olvidar que fue el movimiento estudiantil, con sus tomas y movilizaciones, quien derrotó a Alterini, y quien sufrió sus consecuencias con el ataque de una patota de la UBA. Intentan hacernos creer que la salvación de la UBA vendrá de la mano de los mismos que la hundieron. Pretenden endulzarnos los oídos diciendo que esta vez sí van a reformar el estatuto, a democratizar el gobierno. Quieren vendernos que tienen un programa que abarca nuestros reclamos cuando lo único que tienen es un pacto para la continuidad.
No queremos otro fraude como el de 2002, cuando prometieron reformar el estatuto después de elegir autoridades y todavía estamos esperando. No queremos esperar cuatro años más para reformar el estatuto.
No podemos quedarnos sentados mirando cómo implantan otro gobierno antidemocrático más, cómo certifican las carreras en la CONEAU, cómo desde el gobierno nacional se aportan los mecanismos y recursos para consagrar esta violación de la autonomía universitaria. Responderemos movilizándonos y reivindicando nuestra legítima exigencia de democratización del gobierno universitario.
Exigimos la inmediata democratización de los órganos de gobierno, el aumento del presupuesto y el respeto a la autonomía universitaria que el gobierno nacional está violando.
Por esto, te convocamos el lunes 18 a las 8 de la mañana a movilizarte al congreso. Que seamos miles de estudiantes denunciando el fraude. Es posible construir otra universidad, con la lucha y movilización de todos los que estamos por el cambio.
Concentramos el domingo a las 22hs en sociales (Marcelo T de Alvear 2230) para ir a la mañana al Congreso.
Corriente Julio Antonio Mella
(SOS - Económicas / Colectivo de Izquierda - Filosofía y Letras / Contra hegemonía - Sociales / La Mella - Exactas)
diciembre 13, 2006
noviembre 10, 2006
Declaración ante el consenso de los decanos
Declaración de la Corriente J. A. Mella ante el consenso de los decanos.
El peligro de la UBA es que se la dividan como botín de guerra
"Se nos acusa ahora de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos, pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la insurrección".
Manifiesto Liminar.
La novela parece llegar a su desenlace y se augura un final feliz. ¡Triunfó el consenso! ¡Volverá la normalidad! La novela la escriben los decanos y ellos son sus héroes protagonistas.
Durante todo el 2006 la UBA estuvo atravesada por una crisis de magnitud. No sólo la postulación al rectorado del ex-funcionario de la dictadura; no sólo la vuelta al poder de la Franja Morada, que cuenta en su prontuario con 16 años de corrupción y privatización de la educación pública durante el reinado de Shuberoff; no sólo la existencia de un régimen completamente antidemocrático que avasalla los derechos de decenas de miles de docentes y de cientos de miles de estudiantes; no sólo la vigencia de un estatuto completamente anacrónico. No sólo la asfixia presupuestaria y la desastrosa administración de los recursos económicos actuales o la secular decadencia académica y las paupérrimas condiciones de estudio y enseñanza; ¡¡SINO TODO ESO JUNTO!! fueron el detonante de esta crisis.
¿Quiénes quieren salvar a la UBA de este torbellino y quienes quieren impedirlo? Los acusadores se convirtieron en acusados. Los que fuimos golpeados salvajemente por impedir que la universidad vuelva a caer en manos de la Franja Morada y de un rector procesista, nos convertimos ahora en los “obtusos” que no queremos aceptar un pacto para que todo siga igual.
Hoy los decanos nos ofrecen el privilegio de ver como salvarán a la UBA. Lo harán a través de un pacto entre caballeros que divide a la UBA cual botín de guerra. Una guerra de poder que libraron hasta que no hubo más salida que el acuerdo; un acuerdo hecho a espaldas de la comunidad que no hace más que abortar los cuestionamientos a un sistema antidemocrático y las críticas a una administración corrupta; un sistema y una administración que lleva décadas y que lejos de “salvar a la Universidad”, como ahora declaman, la ha hundido en la mayor decadencia de su historia. ¿Los mismos nombres, los mismos “iluminados” se proponen ahora “salvar a la universidad” impidiendo la participación democrática de los que la sostenemos día a día?
Los decanos que, apoyándose en la lucha estudiantil, se opusieron al regreso de los privatizadores de la Universidad al gobierno de la UBA, hoy han llegado a un acuerdo con sus oponentes “suspendiendo las diferencias en pos del bien común”. Parece increíble que, siendo algunos de ellos “investigador del conflicto social”, se pueda adscribir a la tesis de la “suspensión del conflicto”, a la unidad de todos para “salvar la institución”, cuando lo que hay en juego son proyectos contrapuestos. Pero ocurre que esto no es un debate académico. Sólo puede entenderse el “bien común” del que hablan los decanos como su bien común, pues este acuerdo los pone a salvo de transformaciones democráticas que puedan resultar incómodas para quienes buscan perpetuarse en el poder, amparados por esta sátira de cogobierno.Y por si faltara algo a la trama de este culebrón, detrás de este acuerdo aparece la mano tendida del gobierno nacional, que ha operado fuertemente para su concreción. Es que pretenden aprovecharse del golpe que la movilización estudiantil le ha dado al bloque de Alterini y a la Franja Morada para negociar con ellos pero imponiendo una nueva relación de fuerzas. No por nada los candidatos del “consenso” son dos peronistas que seguramente buscarán profundizar el hasta ahora complicado desembarco K en la UBA.
La UBA esta en crisis y necesita ser salvada, no podemos más que acordar con este diagnóstico. Esta en peligro la universidad pública y gratuita puesto que se la lleva a su tumba con políticas mercantiles que no hacen más que embrutecernos para que seamos compatibles con un mercado laboral que necesita mano de obra calificada. ¿Pero acaso se salvará la universidad devolviéndosela a sus verdugos?
Como en 1918, la universidad sólo puede ser transformada mediante su refundación sobre nuevas bases, radicalmente distintas a las actuales.
Una Universidad distinta es necesaria y es posible. Los estudiantes debemos escribir nuestra propia historia. Debemos apropiarnos de la herencia de los estudiantes del 18 y, emulando su gesta, cumplir nuestra misión histórica, proclamar nuestro derecho a la insurrección, a cuestionar, a luchar por otra universidad. No estamos dispuestos a bajar los brazos y ver pasar frente a nuestras narices el cadáver de la universidad; cada compañero que estudia o trabaja en ella tiene un lugar en esta lucha, su lucha por una universidad en la que todos los docentes puedan vivir dignamente de su salario, en la que los estudiantes se formen como seres humanos íntegros y no “para el mercado laboral” y el la que todos, estudiantes y trabajadores seamos los forjadores de su destino.
El acuerdo de los decanos
Una solución de continuidad
Los decanos presentaron su programa de gobierno. En el análisis que hemos hecho del mismo, identificamos tres ejes que merecen comentario por parte de quienes nos oponemos a él. Vale la pena comenzar por lo referido al reclamo que inicia nuestra lucha: la democratización de los órganos de cogobierno. El programa propone “abrir el debate” para julio del 2007; no entendieron, o no quisieron entender, que los perjudicados de este sistema no queremos una promesa idéntica a la que estos mismos sectores nos hicieron en el 2002, no queremos que la historia se repita (esta vez como farsa); buscamos una resolución inmediata, democrática y efectiva. Como en todos los puntos del programa lo que encontramos aquí no son más que declamaciones generales sin ningún contenido ni compromiso real.
Los decanos proclaman la necesidad de salir de la asfixia presupuesta, pero el acuerdo se encuentra firmado por quienes durante la década del 90 – período de mayor pauperización presupuestaria de la universidad – fueron el equipo de trabajo de Shuberoff. De qué sirve que los decanos se pronuncien en favor del aumento presupuestario si la Franja Morada se quedará con la secretaria de Hacienda, encargada de la distribución de los recursos económicos de nuestra casa de estudios. ¿Puede ser el aumento presupuestario otra cosa que más que la reconquista de sus privilegios y la continuidad la política de que fueron generadores, política llevada a cabo en base a miles de docentes ad-honorem, salarios de hambre y deterioro general de la UBA? Por otra parte, el mismo Etcheverry se dedicó al final de su gestión a señalar cuántos millones le hacían falta a la UBA para funcionar; ¿y qué cambio?, absolutamente nada.
En lo que respecta a política académica, ámbito en que ellos, los decanos, debieran aportar todo su saber acumulado, no hay más que definiciones abstractas y declaraciones de buenas intenciones sin ningún anclaje en la realidad actual de la UBA. No hay en el programa ni una mención a la adaptación de los planes de estudio a las necesidades del mercado laboral flexibilizado que han sufrido nuestras carreras. Nada sobre la acreditación de nuestras carreras de grado ante la CONEAU, rechazada en forma generalizada por estudiantes y docentes, por ser la herramienta fundamental de intromisión empresaria y gubernamental en la universidad. Por el contrario se plantea la “reforma” de ese nefasto organismo. Ni una mención a la orientación mercantil de la investigación científica y de las deplorables condiciones de trabajo de los docentes. Ninguna referencia pedagógica. En definitiva, no existe análisis alguno de nuestra realidad y en consecuencia, ninguna propuesta que pueda dejarnos vislumbrar el futuro de brillo que ensalza su acuerdo.
Hay sí una propuesta concreta, pero que en lugar de volvernos en favor de este acuerdo nos opone aun más. Nos ofrecen incorporar a la UBA al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), una resolución que traería aparejado la ampliación de consensos con las universidades privadas y así la posibilidad de formar parte de una eventual modificación de la Ley de Educación Superior (LES). Este camino tiene un final poco auspicioso, el de ceder a los marcos institucionales idénticos a los propuestos por la propia LES que dicen querer modificar. Marcos institucionales que darán a las universidades privadas y al gobierno nacional el derecho a opinar sobre lo que estudiamos y que sólo son útiles a los sectores privatizadores dentro de la UBA.
Los estudiantes hemos obtenido conquistas importantes este año. Instalamos el debate sobre el destino que debe tomar la universidad en la agenda. La necesidad de democratizar los órganos de gobierno y de trasformar la orientación general de nuestra universidad para ponerla a tono con las necesidades del pueblo trabajador. El consenso de los decanos pretende borrar de un plumazo estos logros dando una respuesta de la que no podemos, ni queremos, ser parte. Que firmen ellos su acuerdo para repartirse la UBA, nosotros nos organizamos para torcer el rumbo de esta disputa e impedírselo. Por eso llamamos a enfrentar con la movilización el consenso rosquero de decanos y construir nuestro propio proyecto, el de los estudiantes, docentes y no docentes en lucha.
octubre 29, 2006
¡TRANQUIL@! No queremos que nos votes, con tu atención nos alcanza…
Como todos los años llegaron las elecciones en Filo y como todos los años también muchos carteles, muchos volantes, y también muy poca reflexión. Nosotr@s, algun@s estudiantes que apostamos y conformamos esto que por el momento dimos en llamar Colectivo de Izquierda, no nos presentamos, no queremos ganarnos tu voto, sino tu atención, lo cual en principio por lo menos, puede colaborar a que sigas leyendo este volante…
Consideramos que las elecciones, como objetivo y como construcción, no son lo único ni lo fundamental, y que se conviertan en ello quizás ya esté planteando precisamente un problema y un dato para el debate.
En este camino de incertidumbres que nos hemos decidido a iniciar, donde no compramos ni vendemos verdades absolutas ni espejitos de colores, tenemos sí, algunas certezas que dibujan trincheras y nos trazan caminos. La primera de ellas es que creemos que es necesario participar, comprometerse, romper con el individualismo.
Y por eso no le esquivamos a estas elecciones.
No nos presentamos con una lista porque recién iniciamos esta construcción, y no queremos “poner el carro delante de los caballos”. Porque aspiramos a que nuestra expresión electoral sea consecuencia natural de nuestra construcción y no su causa. Antes que nada, queremos que nos conozcas por lo que hacemos y por algunas ideas que tenemos y vamos construyendo en el día a día. Pero decíamos que no le esquivamos a estas elecciones, porque son un espacio más de participación y lo afrontamos como tal. Intentaremos, modestamente, colaborar a lo que intuimos en general le falta a estos procesos: reflexión acerca de que centro de estudiantes necesitamos. Por eso, organizamos una charla debate entre las principales listas que se presentan a las elecciones. Te invitamos a que participes, escuches, opines…
Te decíamos que en el Colectivo de Izquierda tenemos muchas dudas, pero también, algunas certezas. Por eso cuestionamos esta universidad y esta sociedad, viciadas de privilegios, de acomodos, y por lo tanto de desigualdades e injusticias.
Cuestionamos que un sector minoritario de la sociedad pueda acceder a la educación universitaria, que a la mayoría de l@s trabajador@s docentes y no-docentes se les paguen sueldos miserables (cuando se les paga), que los conocimientos sean “implantados” desde los pedestales profesorales y que en su mayoría reproduzcan ideologías y teorías funcionales al sistema de las guerras, el hambre y la explotación. Saludamos que en estas elecciones muchos con quienes compartimos estas posiciones, hayan presentado una lista común.
Nos parece un avance evitar al menos presentar múltiples listas de izquierda que no se sabe bien en que se diferencian, profundizando las divisiones artificiales y estériles que tan mal nos hacen. Pero tampoco somos ingenuos y sabemos que con la unidad por sí misma no alcanza. Porque estamos convencid@s de que quienes militamos en la izquierda arrastramos muchas anacronías y prácticas depolitizadoras. Todo un conjunto de prácticas que no incorporan a l@s otr@s como interlocutor@s válidos, sino que, intentan “revelar e imponer verdades absolutas”.
Creemos, en cambio, en una construcción distinta donde nos atrevamos a pensar la política como un diálogo, pensar la construcción y la organización de poder estudiantil desde el encuentro entre pares; pensar la discusión y la práctica como momento no separado de la pregunta y la reflexión conjunta. Más aun, en un momento en el que ni siquiera hay un movimiento estudiantil masivo, organizando, participativo, estamos convencidos de que estas prácticas no fomentan la participación y la crítica, sino al contrario, contribuyen al quietismo y a la despolitización.
Estamos intentando, de a poco ir viendo si podemos hacer otra historia…te invitamos a jugarte e intentarlo con nosotr@s.
APARTADO
Sobre por qué no llamamos a votar a nadie
(aunque si no votas a la izquierda se pudre)
(aunque si no votas a la izquierda se pudre)
"Yo creo que es importante demostrar que uno puede marcar diferencias políticas y realizar críticas sin recaer en descalificaciones o epítetos demasiado determinantes." Un compañero, en reunión de C.I.
“…teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer, pero lo mismo está sujeto sobre todo, porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes"
Julio, en "me caigo y me levanto"
1) Si, si, la unidad esta buena. Siempre pataleamos contra las discusiones entre sectas, por lo tanto no vamos a andar denunciando unidades. Por otro lado los conocemos y son tipos que quieren una universidad al servicio de la transformación y que "ponen el pecho" (y Carlos…la cabeza) por ello.
2) Pero antes de que los votemos deberían haber podido explicar que los llevó a unirse y contarnos que cambió de fondo en sus concepciones. Si se juntan y lo único que tienen para decir/hacer es lo que dijeron/hicieron antes cuando iban solos… no nos es suficiente. Hubiera sido interesante, en todo caso, convocar a algún espacio abierto de discusión y reflexión, y evitar cerrar las listas en debates “entre gallos y medianoche”.
Por lo tanto, descartando que gane el “cuco derechista” y, sabiendo que ganan caminando, no llamamos a votar como colectivo al frente de izquierda aunque, por todo lo que una critica (que no es "categórica" o "principista") deja abierto, y por la existencia de distintas visiones en torno al segundo punto, seguramente algunos compañeros del colectivo elegirán votarlos.
Grupo de Estudio “El Che y el marxismo latinoamericano”
“Un poco más avanzado que el caos, tal vez en el primero o segundo día de la creación, tengo un mundo de ideas que chocan, se entrecruzan y, a veces, se organizan”.
Ernesto Guevara, carta a Charles Bettelheim, 1964
Lo que nos proponemos es un grupo de estudio, no un curso ni un seminario, por lo que no tiene un cronograma prefijado, ni docentes que lo dicten. La idea es juntarnos y a medida que avanzamos en las lecturas y las discusiones ir buscando los textos que más nos interesen.
Nos proponemos recorrer el pensamiento de los principales marxistas latinoamericanos, muchos de los cuales tuvieron una influencia en el pensamiento del Che, como el argentino Aníbal Ponce, el peruano José Carlos Mariátegui y el cubano Julio Antonio Mella.
Seleccionamos como texto disparador del debate para el primer encuentro “El marxismo como pedagogía de la pregunta”, presentación de Néstor Kohan a un Seminario realizado en una escuela del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, en enero de 2005. A continuación extractamos una parte del texto, que apunta a consideraciones metodológicas, pedagógicas y epistemológicas; o más simple el "porque y el como" de encarar el estudio de la producción marxista crítica latinoamericana.
¿Marxismo sin historia?
En su mayoría, esas propuestas de divulgación marxista responden al modelo cultural y pedagógico consolidado en la Unión Soviética durante los años ’30 (aún cuando en algunas de ellas se cuestiona discursivamente al stalinismo). Al hacer completa abstracción de las coordenadas históricas del lector o la lectora, nunca se parte de la sociedad en que se vive y que se pretende cambiar. El sujeto que lee y estudia y el objeto a estudiar no están vinculados entre sí. Están escindidos y radicalmente separados. No hay interacción alguna entre sujeto y objeto, no hay dialéctica. Hay un divorcio absoluto entre lo que se lee y lo que se vive en la vida cotidiana. (…)
No es casual que en el contenido de todos esos manuales no se encuentre referencia alguna a la historia de América Latina. (…)
En la bibliografía de esos manuales tampoco pueden hallarse textos producidos por revolucionarios y marxistas latinoamericanos. ¿No existen? ¿Nadie produjo en nuestras tierras algo que valga la pena ser leído? ¿Nadie pensó algo digno de estudiarse?
En esos manuales sólo se hace referencia a la historia europea, aparentemente la única que posee “dignidad” para convertirse en objeto de estudio teórico. Únicamente se leen o se citan a sus “clásicos”… (…)
Por todo esto, cuando decidimos encarar esta tarea de formación política, nos resultó imprescindible tratar de abordar el desafío desde otro ángulo.
No somos autosuficientes. No pretendemos descubrir (por enésima vez) la pólvora. Como ya señalamos, antes que nosotros, varias generaciones han reflexionado sobre sus experiencias y las han sedimentado en determinados saberes teóricos colectivos, entre los cuales el pensamiento marxista constituye uno de los fundamentales. El mismo Che Guevara señala que “hay una cuestión que tenemos que entender, nosotros no podemos ser hijos de la práctica absoluta, hay una teoría; que nosotros tengamos algunas fallas, algunos motivos de discusión de algunos aspectos de la teoría, bueno, pues perfecto, para poder hacer eso hay que conocer aunque sea un poquito de teoría, ahora inventar la teoría totalmente a base de la acción; solamente eso, es un disparate, con eso no se llega a nada y hay una teoría elaborada por gente que han tenido una capacidad realmente asombrosa, porque la capacidad que tuvo Marx para desentrañar las relaciones de producción es algo realmente admirable, casi inconcebible en aquella época; y la capacidad de Lenin para sistematizar todo eso, para llevarlo a la práctica, es algo también de una altura enorme”.
A partir de esa reflexión del Che y, sobre todo, a partir de nuestra propia reflexión y nuestra propia experiencia de formación política, las nuevas generaciones seguimos considerando útil y necesario formarnos en esta tradición de pensamiento revolucionario. Pero ya es hora de ir abandonando el pesado lastre del dogmatismo y el eurocentrismo, ambos cristalizados en los viejos manuales.
Creemos, por ello mismo, que Carlos Marx, Ernesto Che Guevara y Paulo Freire pueden y deben darse hoy la mano, en América Latina y en el mundo. Para que el marxismo sea una herramienta eficaz en la lucha contra el sistema capitalista, en lugar de un peso muerto que hay que cargar en la espalda por temor a la ortodoxia. Para que nos permita pensar la sociedad latinoamericana y su dolorosa historia, en lugar de ocultarla y negarla con argumentos supuestamente “progresistas”. Para que nos facilite la tarea, en lugar de obstaculizarla. Para que nos permita comprender la necesidad de unir al campo revolucionario anticapitalista y antimperialista, en lugar de generar divisiones artificiales, narcisistas, estériles e incomprensibles. Para que nos ayude a radicalizarnos cada vez más, en lugar de moderarnos y hacernos paulatinamente más “realistas” e institucionales. Para que nos permita hacer observables nuestras falencias y debilidades colectivas, en lugar de cegarnos y volvernos cada vez más sordos. En suma, para que nos invite a formular nuevas preguntas, en lugar de clausurar los debates.
Primer Encuentro: jueves 9 de noviembre a las 19 hs. en el SUBSUELO (frente al aula boquitas)
octubre 28, 2006
octubre 05, 2006
La Reforma universitaria de 1918: Los dolores que quedan son las libertades que faltan
La Reforma universitaria de 1918
Los dolores que quedan son las libertades que faltan
Por Martín Ogando
Militante de La Mella
¿Por qué retroceder 90 años para avanzar?
“Articular históricamente el pasado no significa conocerlo `como verdaderamente ha sido.’ Es adueñarse de un recuerdo tal como este relampaguea en un instante de peligro”
Walter Benjamín, Tesis de Filosofía de la Historia
Cuando el 15 de junio se cumplan 88 años de la Reforma la mayor universidad nacional seguirá sumida en una crisis de magnitud. Una UBA sin rector y conducida por un vice completamente ilegítimo, elegido en medio del bochorno, exhibe con desparpajo la decadencia a la que fue arrastrada por su camarilla dirigente. Vuelven a circular las polémicas sobre estatutos, co gobierno, formas de representación, y aún embrionarios, los debates sobre del destino de la universidad y su orientación futura. ¿Quién debe dirigir la universidad y para qué? Intervenir en este debate implica esfuerzos creativos pero también una recuperación crítica de nuestro pasado. Todo proceso social de magnitud histórica no sólo marca una época sino que la trasciende, cobrando vida propia más allá de la voluntad de sus protagonistas primarios. La revolución universitaria de 1918 se inscribe en este registro y su balance histórico se convierte hoy en lucha política por el futuro. La historia del movimiento estudiantil argentino es de las más ricas del mundo, compleja y surcada de mitos, mártires y miserias. Rastrear en ella claves para encarar nuestras actuales y futuras construcciones es algo imprescindible.
1918, pisando una revolución.
“A la guerra sangrienta de las nacionalidades... sucede la lucha altiva que se impone en Rusia con los soviets, en Hungría con las comunas democráticas...”
Mensaje al pueblo de la Federación Universitaria de Santa Fe, 1 de mayo 1920.
Cuando los universitarios de Córdoba se levantaban contra la opresión monástica y la oligarquía consagrada de las Academias, lo hacían con la íntima convicción de estar “pisando sobre una revolución”, de estar “viviendo una hora americana”. Llegaba a su fin la primera guerra mundial, desnudando el carácter imperialista de las principales potencias y haciendo añicos los discursos democráticos y la ideología de los círculos intelectuales que miraban a Europa como la cuna de la “razón y el progreso”. Este desengaño fue un alimento esencial para la ideología de la llamada nueva generación. Esta irrumpe en un momento en que han sido trastocadas el conjunto de las relaciones internacionales y América Latina ha pasado a ser un territorio en disputa entre la potencia en ascenso, Estados Unidos, y la vieja hegemonía inglesa. De las mismísimas entrañas de la guerra surge la monumental obra política que fue la Revolución Rusa de 1917, la insurrección de los obreros y campesinos que aplastó a la tiranía zarista y opuso una perspectiva verdaderamente humana a la barbarie capitalista. Buena parte de los reformistas del `18, a pesar de la lejanía y el desconocimiento, simpatizaron con aquella revolución. Esta trajo renovados ímpetus a la joven clase obrera argentina, dando lugar a acontecimientos como la “Semana Trágica” y la huelga de los peones rurales patagónicos. También el México insurgente de Villa y Zapata tuvo su influencia, esparciendo ardor revolucionario hecho de sublevación campesina, reforma agraria y ejércitos bandoleros por todo el continente. Como emergente histórico la Reforma Universitaria fue hija de su tiempo, de un tiempo de guerras y revoluciones sociales donde el mundo capitalista se sobresaltó preocupado ante un porvenir oscuro.
La Argentina de la Reforma
“Ningún mandatario argentino pasado ni presente podrá adjudicarse jamás la paternidad del gran movimiento...”
Julio V. González, dirigente reformista
En Argentina, la llamada república oligárquica había servido hasta entonces para sostener el dominio de la burguesía agraria exportadora aliada al imperialismo inglés. La bonanza económica, la pujanza de los sectores medios y la inmigración, en un marco de fuertes restricciones a la participación política, irán acumulando fuertes tensiones sociales. La Unión Cívica propiciará los levantamientos de 1898 y 1905. La llamada ley Sáenz Peña de 1914 será la política de un sector de las clases dominantes para ampliar la base del régimen político y coptar a nuevas facciones burguesas. En 1916 Hipólito Yrigoyen gana las primeras elecciones con participación masiva del electorado masculino. Si bien no se producen modificaciones importantes en la relación con el imperialismo, ni se cuestiona la forma en la que Argentina se inserta en el mercado mundial, sí aumenta el consumo popular y crece la organización sindical. La Reforma universitaria es parte de este proceso de movilización de los sectores medios, que pugnan por una democratización del régimen político y mayores niveles de participación en el Estado. La rebelión estudiantil no puede ser entendida al margen de este torrente “democratizador”. Sin embargo, si la Reforma expresó la reivindicación de ascenso social e inclusión política de los sectores medios, no expresó sólo eso. Con la Reforma este reclamo alcanzó una radicalidad inusitada y se entrelazó con una crítica social de más basto alcance. Ligada a esta cuestión esta la compleja la relación del movimiento reformista con el gobierno radical. Aunque no hay datos suficientes que acrediten la presencia directa del gobierno en el comienzo de las movilizaciones está claro que la derrota de las camarillas conservadoras cordobesas, enemigas políticas de Yrigoyen, no podían dejar de causar agrado en la casa de gobierno. Los estudiantes y el gobierno tenían un enemigo en común. Sin embargo la militancia estudiantil era heterogénea y mientras algunos dirigentes eran abiertos representantes del gobierno otros lo enfrentaban y pugnaban por una política independiente respecto del gobierno.
La universidad que enfrentó la Reforma
“La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque aquí los tiranos se habían ensoberbecido...” Manifiesto Liminar
En las universidades de La Plata y Buenos Aires para 1912 ya se habían producido elementos de democratización y modernización académica que estaban en consonancia con las transformaciones que el propio país había sufrido. Córdoba en cambio era toda ella una excepción y la universidad su baluarte. Así, lo que en Buenos Aires y en La Plata avanzó con moderadas reformas, en Córdoba tuvo que recurrir a métodos bien distintos para imponerse. La Universidad de San Carlos era la más antigua del país y donde las camarillas clericales y anticientíficas más profundas raíces habían echado. Se impartía la educación confesional, todo atisbo de ciencia moderna era depreciado en sus claustros, el gobierno de la universidad estaba en manos de las Academias, órgano que elegía al rector, nombraba a los profesores, decidía los planes de estudio e impartía disciplina. Las academias estaban constituidas por notables vitalicios que elegían a sus propios sucesores y sólo una mínima parte de sus integrantes eran profesores. La mayoría de estos, aún los titulares, se encontraban al margen de toda decisión académica o sobre el nombramiento de sus pares. El control real sobre la universidad estaba en manos de una especie de sociedad secreta formada por señores católicos, la Corda Frates, que en íntima relación con el obispo decidían cada detalle. Contra esta universidad que en medio de la modernización capitalista resistía obstinadamente el paso del tiempo se levantaron los estudiantes.
Reforma o revolución
“Se nos acusa ahora de insurrectos (...) si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho sagrado a la insurrección.”
Manifiesto Liminar
Ninguna institución históricamente acabada despeja amablemente el camino para su desaparición. En este sentido el “nombre” suele ser engañoso, la denominada Reforma iniciada en 1918 fue una verdadera revolución universitaria. Por su método y por sus alcances. A la hora de hacer valer sus reclamos los estudiantes cordobeses tuvieron que recurrir a la acción directa y a la movilización. La herramienta de lucha fundamental fue la huelga general universitaria que contó con fuertes componentes insurreccionales e incluyó la ocupación de edificios, el enfrentamiento con la policía y la confraternización con las organizaciones obreras. Fue con esa acción directa, y no mediante los “canales institucionales” esclerosados, como los estudiantes plantearos sus reivindicaciones, pequeño detalle que olvidan los que en la actual coyuntura rechazan por violentos y antidemocráticos los métodos de la FUBA, la FUC o los centros de estudiantes. La revuelta superó largamente los edificios universitarios y mantuvo en vilo durante meses a la ciudad entera, produciendo una agitación sin precedentes y las marchas y actos más numerosos que Córdoba hubiera conocido jamás. Vayamos entonces a un breve recorrido por aquellas jornadas.
Jornadas callejeras
“No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de una secta religiosa”
Manifiesto Liminar
El malestar estudiantil venía madurando, pero estalla a fines de 1917 con un conflicto en apariencia menor. Los estudiantes protestan ante la inmovilidad del plantel docente y por la supresión del régimen de internado para los alumnos en el Hospital de Clínicas. Interpretando que el clima político nacional podía favorecer su reivindicación, durante los primeros meses de 1918 crece la agitación, se realizan asambleas y el 10 de marzo se realiza la primera movilización conjunta entre Derecho y Medicina. Los hechos se suceden rápidamente y se conforma lo que será el antecedente de la FUC, el Comité Pro -Reforma, que declara el 14 de marzo que no comenzarán las clases: “La universidad de Córdoba amenaza ruina, sus cimientos seculares han sido minados por la acción encubierta de falsos apóstoles; ha llegado al borde del precipicio impulsada (...) por la labor anticientífica de sus academias, por la ineptitud de sus dirigentes (...) El actual estado de cosas, tanto en lo relativo a los planes de estudio, como a la organización docente y disciplinaria (...) dista en exceso de lo que debe constituir el ideal de la universidad argentina” . Las autoridades deciden medir fuerzas con los centros estudiantiles y convocan al comienzo de clases para el 1º de abril. Ese día la huelga general logra su primer triunfo: ni un solo estudiante se presenta a cursar, las clases no pueden empezar. Las autoridades responden haciendo honor a sus pergaminos autoritarios y conservadores deciden “clausurar las aulas de la UNC hasta nueva resolución”. Ante la crisis, el gobierno de Yrigoyen nombra interventor federal a José Nicolás Matienzo, quien se compromete a dar una resolución favorable a los reclamos estudiantiles. Así terminaba una primera etapa del movimiento reformista del 18, con un triunfo rápido y aparentemente sencillo. Los métodos de lucha habían sido contundentes pero los objetivos programáticos absolutamente moderados. Lo que se logra inmediatamente es la renovación de las academias producida por la renuncia de los miembros más conservadores, la participación de los profesores titulares y suplentes en la Asamblea Universitaria y la reinstalación del internado para el Clínicas. En esta primera etapa ningún documento público plantea la exigencia que habrá de ser la bandera más destacada del movimiento reformista: la participación estudiantil en el co - gobierno. De hecho se confiaba en que la participación de los profesores más jóvenes y liberales sería suficiente para producir una renovación sustancial. Las expectativas en una pronta intervención de Yrigoyen también eran muy altas y sería este período el de mayor sintonía entre la Reforma y el gobierno nacional. Al mismo tiempo el pensamiento político que llevaría a la Reforma a superar el ámbito universitario y tener una proyección americana todavía se expresaba muy tímidamente.
La asamblea del 15 de junio y una nueva etapa.
“En un gesto incontenible, la juventud se ha levantado contra los fariseos de la reforma y así ha quedado la universidad señalada para siempre por una gran batalla”
Telegrama enviado por la FUC a la FUA el 15 de marzo de 1918
Se fija la fecha de la Asamblea Universitaria que debía elegir al rector para el 15 de Junio. Los estudiantes estaban seguros de su triunfo y levantaban la candidatura del profesor Enrique Martínez Paz. Sin embargo el partido del orden no iba a resignar tan fácilmente el control sobre la casa de estudios más antigua del país. La intervención gubernamental fue vivida ingenuamente como un triunfo por los estudiantes y utilizada muy inteligentemente por la llamada Corda Frates para tejer acuerdos de trastienda y utilizar la presión de la opinión pública conservadora a favor de su candidato. Muchos profesores jóvenes, un vez conseguida una tenue reforma, eran proclives a aceptar la mano tendida de la academia. Así llega la Asamblea del 15 de junio donde los estudiantes pensaban sancionar su triunfo y sin embargo esperaba agazapada la contrarreforma. Aparte del candidato favorecido por los estudiantes estaba Antonio Nores de la Corda y un candidato de compromiso entre las facciones, Alejandro Centeno. La universidad se vio ese día rodeada por una multitud de estudiantes, trabajadores y gran parte del pueblo de la ciudad. La expectativa era enorme. Luego de dos votaciones donde ningún candidato obtiene la mayoría, al realizarse la tercera votación, lo que parecía imposible retumba como una cruda realidad: Nores sale electo como nuevo rector. La reacción se ha puesto de pie. Los estudiantes se sienten estafados. Los profesores que han llegado a la asamblea de la mano del apoyo estudiantil los traicionan y sancionan el predominio de la derecha clerical. La confusión es enorme y todo parece haber sido en vano, la Reforma ha sido burlada. Uno de los líderes describe así ese histórico 15 de junio: “No alcanzó a proclamarse el resultado definitivo (...) Una silbatina ensordecedora (...) rompió el silencio con que se esperaba la proclamación del candidato triunfante. Al mismo tiempo, saltaron hechos pedazos los cristales de las puertas y las ventanas, se arrancaban los cortinados (...) los consejeros se escurrían de las salas, huyendo de la furia de los tumultuarios” . El intento reaccionario de la Corda Frates había provocado una verdadera revolución universitaria que ya no volvería a quedar encerrada en los claustros. Enrique Barros, dirigente del centro de Medicina lee: “La asamblea de todos los estudiantes de Córdoba decreta la huelga general. Junio 15 de 1918”. El mismo día se reclama la solidaridad de la Federación Universitaria Argentina. “Hemos sido víctimas de la traición y de la felonía. Ante la afrenta, hemos declarado la revolución universitaria. Hemos hecho más: hemos proclamado una cosa estupenda en esta ciudad del medioevo... el año 1918 (...) Necesitamos saber que no estamos solos, que es uno solo el honor de los estudiantes argentinos. Reclamamos de nuestros camaradas la proclamación inmediata de la huelga general” Se inicia aquí un segundo período de la Reforma, donde su programa universitario se radicaliza y cobra importancia su impulso social y su dimensión latinoamericana. Habrá concluido también la alianza con el profesorado liberal que demostró claramente hasta dónde estaba dispuesto a llegar en su ímpetu reformista. La huelga se reinicia, esta vez con dimensión nacional. El 21 de junio ve la luz el más célebre y significativo documento programático de la Reforma, el llamado Manifiesto Liminar redactado por Deodoro Roca. El 30 de junio se realiza una movilización masiva que termina en una fuerte represión policial. Se realiza también el primer congreso de la FUA, en Córdoba, del 20 al 31 de julio.
Segunda intervención y los estudiantes en el gobierno universitario
“La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes.”
Manifiesto Liminar
El 2 de agosto Yrigoyen decide decretar nuevamente la intervención que aparece como un claro triunfo estudiantil, sobre todo por el nombre que venía a ocuparla. Telémaco Susini era un intelectual liberal que había apoyado los planteos estudiantiles desde un principio. Nores presenta su renuncia pero el viaje de la intervención se hace esperar agigantando el vacío de poder e impacientando a los estudiantes. Resulta que Yrigoyen, cediendo a las presiones conservadoras, buscaba congelar la designación del problemático profesor. En medio de la tensa espera un episodio aparentemente trivial llevó el enfrentamiento al paroxismo y lo extendió hasta el último rincón de la ciudad docta. En la madrugada del 15 de agosto la estatua del ilustre profesor Rafael García apareció derribada, y con un cartel en su pedestal que decía: “En Córdoba sobran ídolos”. El estupor que generó este hecho en la burguesía, la iglesia y todas las clases cultas y distinguidas fue notable. “La ciudad entera ofrecía un espectáculo de efervescencia inusitada. Los católicos, por una parte, atestando los templos para realizar rogativas extraordinarias (...) mientras los estudiantes trataban con los obreros en sus propios locales y les pronunciaban diariamente conferencias sobre la revolución universitaria” . Con la tensión en aumento el poder ejecutivo dicta un nuevo decreto el 23 de agosto nombrando al propio Ministro de Instrucción Pública, José Salinas, como interventor. Con la lucha llegando a su punto más alto se producirá uno de los capítulos más breves pero también más significativo de la Reforma. Ante la demora en el viaje, ahora de Salinas, el 9 de septiembre de 1918 los estudiantes llevan adelante su acción más radical y subversiva del status quo universitario: ocupan la universidad y se hacen cargo del gobierno. La insubordinación es total, se nombra decanos a los respectivos presidentes de los centros de estudiantes de Derecho, Medicina e Ingeniería, se nombran profesores interinos y se constituyen mesas examinadoras. Se dispone el final de la huelga y se convoca al inicio de clases. Las mesas examinadoras llegaron a tomar algunos exámenes donde “muchos, contra lo presumible, resultaron aplazados”. Sin embargo la experiencia fue breve. El ejército entra en la universidad, la desaloja y lleva como prisioneros a los estudiantes acusados de “sedición”. Sin embargo el objetivo estaba conseguido. El ministro Salinas viaja inmediatamente hacia Córdoba y se concreta la intervención favorable a los intereses estudiantiles. La experiencia del control estudiantil quedó trunca y constituyó un brevísimo capítulo de la revolución universitaria, sin embargo adelantó el costado más radical de aquel proceso. Habrá que esperar hasta los convulsivos años 70 para que la experiencia de las ocupaciones y el control estudiantil se reproduzcan con tal magnitud. La mayoría de las reivindicaciones estudiantiles fueron otorgadas y se extendieron al resto de las universidades del país. Las conquistas de la Reforma vivieron algunos años de esplendor hasta el gobierno de Alvear en 1922, cuando se produce un proceso de contrarreformas que incluyeron la intervención de varias universidades. Con el segundo gobierno de Yrigoyen, en 1928, se da un breve segundo periodo de ascenso que será cortado definitivamente con el golpe del 6 de septiembre del 30 que descargará una cruda represión sobre algunas universidades y llevará a una nueva intervención de las mismas, esta vez por un tiempo prolongado.
La Reforma ha muerto, ¡viva la Reforma!
“Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan”
Manifiesto Liminar
La pregunta aparece obvia. ¿En qué medida triunfó la Reforma? ¿Qué conquistas se mantienen? ¿Qué reivindicaciones pudieron ser reabsorbidas por el sistema y cuáles resultan subversivas hasta el día de hoy? La Reforma llevó adelante una modernización de la universidad argentina que era requerida por el intenso desarrollo capitalista que el país había tenido en su estructura primario - exportadora. Este objetivo modernizador era el que compartían los estudiantes, los profesores liberales y el gobierno radical. Desde aquí se podrían señalar los límites estrictos en cuanto a reivindicaciones y carácter social que tuvo el movimiento estudiantil. Sin embargo esta sola evaluación constituiría a nuestro modo de ver una simplificación vulgar. Los resultados de la Reforma cristalizaron en leyes, reglamentos e instituciones para nada incompatibles sino más bien funcionales con el desarrollo capitalista de la Argentina moderna. Pero el recorrido político de esa juventud fue extremadamente más rico y teñido de métodos profundamente radicales. Por eso es fundamental diferenciar la institucionalización y asimilación por parte del Estado de importantes elementos del programa reformista, de la Revolución universitaria “en acto”, en las calles de Córdoba, en su ideario radicalizado y sus métodos de acción directa, que nos dejan un legado contradictorio pero profundamente vital para nuestras prácticas actuales. Las aristas más radicales de su programa terminaron siendo negadas históricamente, lo mismo que sus protagonistas más heréticos como Roca o Saúl Taborda. Todo esto fue necesario para escribir una “historia oficial de la Reforma”, cuya más acabada expresión terminará siendo el “fubismo gorila” de los `50 y la corrupta burocracia de la Franja Morada en los ’80 y ’90. Por otro lado, en términos generales, la universidad argentina es hija de esa gesta cordobesa y Latinoamérica. Una parte de las reivindicaciones reformistas, como la gratuidad, la autonomía y el ingreso irrestricto, son conquistas que en gran medida se han mantenido en muchas universidades nacionales y tienen como origen esa demanda de los sectores medios por ingresar a la universidad, que se amplió con la universidad de masas en los 50 y 60. Sin olvidar, con esto, que han sido reiteradamente suspendidas por las dictaduras militares y fuertemente retaceadas desde principios de las 90. La creación de los consejos directivos como órganos de co - gobierno con participación estudiantil, una apertura en los mecanismos de acceso a la docencia, una renovación de los planes de estudio y de criterios disciplinares cuasi medievales fueron conquistas que perduraron. Otras, como los concursos siguen estando vigentes, aunque valdría destacar lo pervertido que ha terminado siendo su mecanismo a partir de la constante manipulación política a la que ha sido sometido. Otras reivindicaciones como la docencia y la asistencia libre fueron concedidas parcialmente para años después ser borrada completamente del mapa hasta el día de hoy.
Las ideas malditas de la Reforma
“La única relación legítima y fecunda (...) es la de un discípulo que pregunta y la de un tribunal que responde. ¡Son ustedes los que deben rendir, señores profesores!”
Deodoro Roca, Palabras sobre los exámenes
Lo más interesante es, justamente, hurgar en el programa de la Reforma para desenterrar sus reivindicaciones malditas, negadas hasta la actualidad por la oligarquía profesoral que dirige las universidades, y que mantienen total vigencia a la hora de imponer una real transformación de las casas de estudio. El planteo central, revulsivo e innovador fue la participación estudiantil en el cogobierno, que fue juzgado como excesivamente radical por sectores que apoyaron el movimiento. Esta reivindicación tenía un carácter verdaderamente subversivo, ya que incluía una pedagogía novedosa que rechazaba la visión tradicional de la relación “docente - alumno”, formulaba un concepto distinto de disciplina y autoridad, y rescataba la libertad como noción fundante de la actividad universitaria. Es en este radical cuestionamiento político y pedagógico donde podemos encontrar una inspiración para nuestras luchas actuales. La reivindicación del gobierno tripartito e igualitario fue el gran planteo de la Reforma, aceptado apenas episódicamente bajo la presión de una verdadera insurrección, pero luego barrido por completo: “Nuestro régimen universitario, aún el más reciente, es anacrónico. Está fundado en una especie de derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario (...) La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen universitario y entiende que en ello se le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse un gobierno propio radica principalmente en los estudiantes” . Esta es una afirmación notable que mantiene plena vigencia como potente cuestionamiento a las camarillas “reformistas” que saquearon la universidad y la arrastraron a su actual decadencia. Es que la idea misma de que “el demos universitario” reside en el estudiantado, se opone por completo a lo que es la ley fundante de la universidad actual expresada en el artículo 36 del estatuto universitario de la UBA. Este artículo es justamente la consagración del “derecho divino del profesorado universitario”, una verdadera contrarreforma, que sin embargo se ha operado al interior de un pensamiento reformista ya institucionalizado y esterilizado. Se podría repetir con los estudiantes del ‘18 “La reforma Matienzo (o en este caso la Reforma retaceada) no ha inaugurado una democracia universitaria, ha sancionado el predominio de una casta de profesores” . Esta elite constituida alrededor de los profesores titulares regulares domina hoy el 50% de los consejos directivos, alrededor del 64% en los consejos superiores y más del 51% en las asambleas universitarias. Esta forma de gobierno antidemocrática se asienta no sólo en la subrepresentación de los estudiantes sino también en la casi proscripción de la mayoría de los docentes que se ven obligados a participar como parte del claustro de graduados, claustro que se ha transformado en la correa de transmisión de corporaciones profesionales y empresas privadas ajenas a la vida universitaria, y en la exclusión de los trabajadores no docentes. Vemos así que durante décadas se ha dado un doble proceso en relación a las reivindicaciones reformistas: de contrarreforma respecto a las más radicales y de integración de las más compatibles con una universidad burguesa moderna. Así el propio reformismo atravesó una profunda crisis a partir de los años 30 y en su nombre se embanderaron algunos de los períodos más reaccionarios del estudiantado argentino. Como conclusión podemos decir que la Revolución universitaria del 18 produjo en su momento una transformación enormemente profunda, aunque no en los términos que imaginaron sus protagonistas. Animado por un sentido general de democratización política y académica ese programa era contradictorio. Sin embargo, parte importante de sus planteos eran excesivamente radicales e incompatibles con una universidad orientada y hegemonizada por la burguesía. Estos últimos tenían la necesidad de enlazarse para su cumplimiento con tareas de transformación social más generales. La universidad ha cambiado vertiginosamente durante el pasado siglo, sin embargo muchas de las tareas emprendidas por la reforma no han sido conquistadas y son tareas pendientes que cualquier movimiento estudiantil en los próximos años tendrá que retomar.
Las ideologías y los partidos de la Reforma. La reforma fuera de los claustros
“En lo que a Cuba se refiere, es necesario primero una revolución social para hacer una revolución universitaria”
Julio Antonio Mella, dirigente estudiantil cubano y fundador del PC
Excediendo en mucho la vida universitaria la Reforma fue sobre todo una tendencia continental crítica del tiempo que le tocó vivir. Nació con ella una juventud con tendencias americanistas que buscaba superar la dominación imperialista y soñaba con un siglo XX latinoamericano. Ahora bien, si el legado político -social de la Reforma no es menos importante que el estrictamente universitario, sí es mucho más contradictorio, fragmentario y plural. Convendría en este plano no hablar del pensamiento político de la Reforma, sino de tendencias diversas e inclusos conflictivas, que dialogaron y chocaron fuertemente al interior de ese heterogéneo movimiento. Aquí no hay una Reforma sino muchas. El nivel de precisión y coherencia de su programa universitario contrasta con un avance a tientas en el terreno más global de lo social. Aquí vemos más intuiciones geniales que certezas ideológicas, más aventuras intelectuales que sistemas cerrados y una miríada de prejuicios, ilusiones y claroscuros. Todo esto da una riqueza novedosa y sustantiva a muchos pensamientos emergentes de ese movimiento que reconocerán diferentes influencias ideológicas y, a veces, opuestas tendencias de clase. El título original del Manifiesto Liminar es en sí mismo una muestra de las ansías de trascendencia continental: “La juventud universitaria de Córdoba a los hombres libres de Sudamérica”. Y allí señalan: “Los dolores que quedan son las libertades que falta. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten: estamos pisando una revolución, estamos viviendo una hora americana (...) en esta ciudad no se han presentado desórdenes; se ha contemplado y se contempla el nacimiento de una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos los libres del continente” . Dentro de este clima más general no faltó, sin embargo, un sector que intentó mantener el movimiento en un plano estrictamente universitario o educativo y fue el que predominó en el Congreso de la FUA de 1918. Allí, Osvaldo Loudet, presidente de la FUA, decía: “Éste es un congreso universitario (...) todo es ajeno a él, menos las cuestiones de pedagogía superior” . Sin embargo ésta no fue la tónica general. Una porción importante de los más destacados dirigentes reformistas fue tributaria de la llamada “teoría de la nueva generación”. Esta era un conjunto de creencias y mitos encarnados en la profunda decepción con la “vieja generación” y en una convicción regenerativa de carácter romántico. La “vieja generación” era la del 80, la que había organizado este país para la oligarquía. Pero la vieja generación también era Europa, y por oposición América era la expresión de la nueva: “El nuevo ciclo de civilización que se inicia, cuya sede radicará en América, porque así lo determinan factores históricos innegables, exige un cambio total de los valores humanos y una distinta orientación de las fuerzas espirituales” que corresponde encarnar, por supuesto, a las generaciones nacientes. Espiritualismo romántico, americanismo y mesianismo juvenil, fueron algunos de los contornos centrales del movimiento influenciado por el filósofo español Ortega y Gasset y la obra literaria del uruguayo José Antonio Rodó. La llamada “nueva generación” tenía sin embargo una heterogeneidad notoria. Supo abarcar desde un ala derecha, francamente reaccionaria y conservadora que supo amalgamar su anti positivismo y anti cosmopolitismo a la recuperación de los valores tradicionales, hasta vertientes tributarias de un socialismo de cuño romántico y utopista. A pesar de la heterogeneidad de esta corriente tal vez Julio V. Gonzáles fue uno de sus más característicos exponentes. En él podemos apreciar un pensamiento contradictorio, socialista pero romántico, que tal vez por esa pluralidad, por esa confusión e ingenuidad es paradigmático de aquel movimiento reformista, a la vez hijo y enemigo de su tiempo. Cuando los estudiantes se desilusionaron de la posibilidad de alcanzar sus objetivos de manos de facciones modernizantes de las elites dirigentes vieron la necesidad de ampliar la base de sus alianzas sociales. La ideología inicial de la nueva generación fue la expresión de esa primaria experiencia política plena de ingenuidad y confianza ciega en la capacidad propia. El aprismo y el comunismo serán dos intentos de superación de esta infancia del movimiento reformista ligadas a estrategias de transformación social globales. El peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA, estuvo fuertemente emparentado con Ingenieros y González y se consideraba a sí mismo como un integrante de esa “nueva generación”. Sin embargo fue tomando un curso propio que lo llevó a constituir toda una corriente de la política latinoamericana donde el problema del imperialismo fue predominante. En su Perú natal antes de haber conseguido la más mínima democratización universitaria ya había atravesado la represión, la cárcel y exilio. En 1924 se fundará el APRA con un programa que incluía cinco puntos fundamentales: 1) Acción contra el imperialismo yanqui; 2) Por la unidad política de América Latina; 3) Por la nacionalización progresiva de tierras e industrias; 4) Por la internacionalización del Canal de Panamá; 5) Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidas. Más allá de la generalidad de su programa, el APRA constituía un movimiento nacionalista de base popular que intentaba encarar el problema de la sumisión al imperialismo, el atraso nacional y la desigualdad social. No lo hace desde una perspectiva clasista sino desde la idea de una revolución democrática y nacional que incluía a la clase trabajadora dentro de la alianza capaz de operar dichas transformaciones, pero donde el papel dirigente correspondía a los sectores ilustrados de las clases medias urbanas. Así, el primer gran intento de base policlasista y programa democrático antiimperialista de la pequeña burguesía americana surge del seno mismo del movimiento estudiantil reformista. Finalmente surgirá un ala abiertamente marxista, encarnada por el dirigente cubano Julio Antonio Mella, que llevará a la fundación de varios de los principales partidos comunistas del continente. A partir de 1925 el discurso universitario se hace político en todo el continente y allí Mella se diferenciará claramente de Haya de la Torre. Para Mella se trata de hacer una revolución de carácter socialista en la que los obreros tienen reservado el rol dirigente y la hegemonía en cualquier alianza que se constituya. Esta tendencia abordará una fuerte polémica con el mesianismo de la “nueva generación” y criticará fuertemente su inconsistencia ideológica. José Carlos Mariátegui compartirá la experiencia de Haya de la Torre en el APRA hasta 1929 para luego separarse y fundar el Partido Socialista Peruano. Luego de su ruptura apuntará con dureza: “Después de que las ametralladoras de Noske reestablecieron en Alemania el poder de la burguesía, el mesianismo de la ` nueva generación ’ empezó a calmarse, renunciando a las responsabilidades precoces que (...) se habían apasionadamente atribuido. La fuerza que mantuvo viva hasta 1923 (...) la esperanza revolucionaria no era, pues, la voluntad romántica de reconstrucción, la inquietud tumultuaria de la juventud en severa vigilia; era la desesperada lucha del proletariado en las barricadas, en las huelgas, en los comicios, en las trincheras” . Esta tendencia expresaba la convicción de que los objetivos de la revolución universitaria debían entrelazarse inmediatamente con la lucha revolucionaria de los trabajadores por su emancipación. Para ellos el programa de reformas universitarias debía ser parte de un programa de revolución social que apuntara a resolver el problema de la tierra, de los derechos laborales, la independencia nacional respecto al imperialismo, que sólo era viable mediante el derrocamiento del capital y la lucha por el socialismo. Mella y Mariátegui mostraron una gran agudeza para vislumbrar las limitaciones que por su programa, su ideología y sus tendencias de clase tendría la mayoría del movimiento reformista y para marcar la necesidad urgente de entrelazar la reforma universitaria y la revolución social. Sin embargo la influencia nefasta de la Comintern estalinista a partir de 1929 interfirió gravemente en las relaciones entre las tendencias marxistas y el legado de la Reforma. Lo que queda claro es que, más allá de los matices y recorridos, ora nacionalista democrática y encabezada por los “trabajadores intelectuales y manuales”, ora socialista y dirigida por el proletariado, la reforma había superado para mediados de los 20 el campo universitario.
Algunas conclusiones
“Sólo podrá existir la universidad de la Reforma cuando cambie la actual organización social, y desaparezcan las diferencias de clase y el predominio de una minoría sobre la universidad”
Jorge M. Zubiría, dirigente reformista de izquierda
La Reforma Universitaria iniciada con la “revolución” cordobesa de 1918 fue un proceso democrático, notablemente radicalizado y con orientaciones antiimperialistas e internacionalistas. No obstante esto en el terreno de la política extra - universitaria su programa fue fragmentario y contradictorio y su ideología difusa y fuertemente influenciada por ideas románticas. Por su carácter de clase y sus heterogeneidad política no pudo, mayoritariamente, articular un cuestionamiento a la estructura económica capitalista en la que se basaba el atraso y la dependencia colonial, que tanto irritaba a aquella juventud, y proyectar así un programa superador. La transformación del APRA, varios años después, en una agente de la burguesía peruana y el imperialismo ilustrará el fracaso de aquel proyecto. La vertiente socialista de Mella y Mariátegui vio con claridad aquellas limitaciones y se embarcó en un proyecto continental para construir una fuerza revolucionaria liderada por los trabajadores y bajo la bandera del marxismo, con las contradicciones ya planteadas. Heterogéneo, confuso, contradictorio pero también rico, generoso, valiente, es el legado de aquella generación en nuestro continente. Anduvo a tientas entre la esperanza de la revolución rusa, la tragedia de la guerra imperialista y la emergencia de un nuevo mundo. Despertó intuiciones geniales y lanzó a la vida política a algunos de los más destacados dirigentes. Dio surgimiento a distintas vertientes que influyeron durante décadas la política Latinoamericana. La Reforma, finalmente, es una experiencia fundante de nuestro movimiento estudiantil que aún hoy es necesario reapropiar y criticar, y que nos puede aportar valiosas conclusiones pero sobre todo también el entusiasmo militante imprescindible para cambiar la realidad.
Pasado y presente de la Reforma
“Mientras subsista la odiosa división de las clases, mientras la escuela actual no cambie totalmente sus bases (...) las universidades seguirán siendo lo que son, fábricas de títulos”
Deodoro Roca
La idea de que el demos universitario reside en el estudiantado es completamente subversiva frente a la universidad actual, esclerosada, y gobernada por la casta profesoral y tecnocrática que administra la política del Banco Mundial. El derecho a decidir democráticamente sobre la docencia y los contenidos curriculares sigue siendo una cuenta pendiente que es aún hoy bandera de lucha. Por supuesto que aquel movimiento tuvo una enorme limitación en cuanto a cuestionar el contenido clasista de la universidad. Buscando democratizar una universidad clerical abrieron la puerta a una universidad moderna que no llegaron a ver completamente desarrollada. A la inmensa mayoría de los dirigentes reformistas que convivían a diario con los obreros en 1918 no se le ocurría la idea de reivindicar que los obreros pudieran ingresar a la universidad. No cabía esa idea en las cabezas de aquella generación. El carácter de clase de la universidad sólo llegó a ser cuestionado por el ala izquierda de la Reforma, y son aquellas proclamas de Mella las que hoy tendríamos que recuperar. La reforma universitaria necesaria hoy no puede ser más que una revolución, atada al destino de la revolución social y de la transformación de raíz de las propias relaciones de producción. Por eso todo cuestionamiento a la universidad actual no puede ser sólo democrático sino que debe articularse en un cuestionamiento global de las formas de reproducción materiales e intelectuales del sistema capitalista. Una nueva reforma universitaria tendrá que tomar lo mejor de aquella tradición reformista pero tendrá también que superarla a la luz de las transformaciones cruciales que ha tenido la universidad en el siglo XX. Tendrá que afrontar otros problemas, otros conflictos y para ello tiene en otras experiencias más recientes un material invalorable a la hora de repensar un programa, una ideología y una organización para la transformación de la universidad y de la sociedad que en aquéllas jornadas del 18 se encontraban todavía en germen. Está claro que nos referimos a las experiencias que en la Argentina y en el mundo mostraron a un movimiento estudiantil militante, unido a la clase trabajadora por objetivos de redención como fueron los 60 y 70. Un hijo aristocrático de aquella Córdoba colonial, proclamado hereje y maestro de aquella juventud describía en 1936, con una lucidez grandiosa, el destino heroico y trágico de la Reforma. “El universitario del 18, buscando un ilusorio maestro se dio con un mundo (...) La reforma fue todo lo que pudo ser. No pudo ser más de lo que fue en dramas y actores. ¡Dio de sí todo! Dio pronto con sus límites infranqueables. Y realizó un magnífico descubrimiento. Eso sólo la salvaría: al descubrir la raíz de su vaciedad y su infecundidad notoria dio con este hallazgo: reforma universitaria es lo mismo que reforma social” . Un nuevo movimiento estudiantil tendrá que recuperar la obra iniciada por la Reforma Universitaria del ’18, rompiendo todo lazo que ate la universidad al pasado, expulsando a las camarillas y democratizando radicalmente el co-gobierno. Sin embargo, siguiendo las lecciones de Deodoro Roca, tendrá que elevarse por sobre las limitaciones de aquella Reforma, y retomando la tradición de los ’70, unir la “revolución universitaria” a la transformación revolucionaria de la sociedad. Una nueva “época de la universidad” sólo puede realizarse plenamente reemplazando el actual régimen de explotación capitalista por un orden social donde los medios materiales y culturales sean puestos en manos y al servicio del pueblo. La transformación por la que luchamos debe arrancar la Universidad de manos de las clases dominantes para convertirla en un bastión de la lucha de los explotados y oprimidos por su liberación.
septiembre 25, 2006
APARICIÓN CON VIDA YA DE JULIO LÓPEZ
La Plata, Lunes 25 de Septiembre
A 7 días de la desaparición de Jorge Julio López, testigo y querellante del Juicio contra el represor Etchecolatz.
APARICIÓN CON VIDA YA DE JULIO LÓPEZ
· La Plata
Martes 26 / 09– 14.30 hs. Lectura de la sentencia a cadena perpetua por genocidio a Miguel Osvaldo Etchecolatz dictaminada por el Tribunal Penal Oral Nº 1 a cargo del Juez Federal Carlos Rozanski. Municipalidad de La Plata, calle 12 entre 51 y 53, Salón Dorado.
· Capital Federal
Miércoles 27 / 09, 17.30 HS. Marcha de Congreso a Plaza de Mayo. En La Plata concentración 15 hs. - Estación de trenes (1 y 44).
Aparición con vida YA de Jorge Julio López!
El aparato represivo sigue impune!
Juicio y castigo a los culpables!
Adhesiones a: justiciayalp@yahoo.com.ar
Contactos de Prensa
Ana Balut (0221) 155-641-721
Carolina Salvadori (0221) 154-883-536
Paula Bonomi (011) 1556-260-849
CONVOCAN:
HIJOS La Plata; Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos; Mesa de Escrache Popular; Ceprodh; Fidela; Asociación Anahí; Memoria Fértil; Dirección de Derechos Humanos; CORREPI; Comisión Provincial por la Memoria; Comité Contra la Tortura; Comisión Ex Presos Políticos Unidad 9; Madres de Plaza de Mayo; Dirección de DDHH de la Municipalidad de La Plata; Comisión interna de la Secretaría de DDHH ATE; SERPAJ; Coordinadora por la Libertad de los Presos Políticos; Centro Por los DDHH Hermanos Zaragoza; FULP; Mesa Cuerpo de Delegados de Astilleros Río Santiago; CCC; ATE; Suteba La Plata; Utedic; Secretaría de Cultura ADULP; Lista Azul y Blanca Suteba; Delegados ATULP Agrupación El Frente; Movimiento Político Sindical Liberación; Corriente de Trabajadores 19 de Diciembre; Agrupación La Fragua; Praxis; Agrupación Surcos; Quebracho; Partido Comunista; Federación Juvenil Comunista; MST; PTS; Movimiento Universitario de Izquierda; Liga Socialista Revolucionaria; PCR; En Clave Roja; Partido Obrero; Tinta Roja; CAUCE; MIU; Frente Popular Darío Santillán; CEPA; COPA; ADEMOPBA (Obras Públicas); ONG. POPARS; Movimiento Estudiantil Liberación, Agrupación 8 de febrero de Jubilados, Pensionados y Trabajadores; Agrupación "De igual a igual" de los trabajadores del Banco Credicoop; Agrupación Domingo Menna; Agrupación Estudiantil Independiente "La Cantera", Co-conduccion del CEUNGS, Secretaria de cultura del CEUNGS y de prensa de la FeUNGS ; Agrupación TUPAC - Tendencia Universitaria Popular Antiimperialista y Combativa; Amigos de la PAZ en COLOMBIA y en el MUNDO; APEMIA; Asamblea por la Recuperación de la Memoria de Chilecito, La rioja; Asamblea de San Juan y Entre Ríos; Asamblea de Villa Elisa; Asamblea Florida Este ; Asamblea Nacional de Educación Física (ANAEF); Asamblea Popular de Olivos; Asamblea Por La Escuela Que Queremos; Asamblea Villa Pueyrredón; Asoc. de ex-pres@s polític@s del Uruguay; Asociación Anahí; Asociación Argentina de actores; Asociación Civil y Cultural "El Fisgón"; Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos; Asociación de Familiares y Amigos de Desaparecidos entrerrianos y en Entre Ríos durante la última Dictadura Militar (A.F.A.D.E.R.) ; Asociación de Profesionales del Hospital de Niños de La Plata; Asociación de Profesionales en Lucha en el Polo Obrero (APEL) ; Asociación Seré por la Memoria y la Vida; Ass. Argentina "Vientos del Sur" - Udine-Italia; Ateneo J. W. Cooke; Bachilleratos Populares; Bloque del Sur; Casa de DDHH Hermanos Zaragoza; Casa de la Amistad Argentino Cubana de Buenos Aires; Casa de la Cultura "Los compadres del horizonte"; CASAPUEBLOS ( MADRID); cátedra "Análisis de las prácticas sociales genocidas" de la Facultad de Ciencias Sociales de UBA.; Cátedra de Formación Política Che Guevara de la Univ. Popular Madres de Pza.de Mayo; Cátedra Libre de DDHH de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA; Cátedra Libre de Salud y DDHH – Facultad de Medicina – UBA; Cátedra Libre Poder Económico y DD.HH, Facultad de Cs. Económicas, UBA; Central de trabajadores Argentinos La Plata-Ensenada; Central de Trabajadores Argentinos Prov. de Bs. As; Centro Difusión y Registro Donantes Células Madre "Fidel Castro Ruz"; CEPRODH; CODESEDH; CODO A CODO ( MADRID); Colectivo de Base de la Central de Trabajadores Argentinos, Capital; Colectivo Desalambrando; Colectivo por la Herramienta; Comisión de DDHH de Uruguayos en Argentina Comisión de Derechos Humanos del Hospital Posadas; Comisión de familiares, sobrevivientes y compañeros de las víctimas De Proto Banco y Vesubio; Comisión de Homenaje a los Desaparecidos y Mártires Populares; Comisión por la memoria de Villa Luro, Liniers y Mataderos; Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen; Comité Académico Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo ; Comité Argentino por la Libertad de los Cinco ; Comité de Acción Jurídica CAJ ; Comité Zonal del Oeste Santafesino Partido Comunista; Coordinadora Antirrepresiva "Carlos Almirón"; Coordinadora En Defensa de la Soberanía y el Patrimonio Publico; Coordinadora por la Libertad de los Presos Políticos; Coordinadora por los Derechos y la Justicia Monte Caseros, Corrientes; CORREPI; Corriente Barrial de Trabajadores Monte Caseros Corrientes; Corriente de Trabajadores 19 de diciembre; Corriente Izquierda Socialista Rosario; Corriente Julio Antonio Mella (UBA); Corriente Praxis; Crisol; CTA Regional Villa María; CTA. Flores, auténtica; Colectivo de Base de la Central de Trabajadores de la Argentina, Capital; CTD Aníbal Verón; CUBA-MTR; Docentes Autoconvocados ( G.C.B.A.); EATIP; El Bochazo, revista electrónica Comité Zonal Oeste Santafesino del PC ; Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía; Equipo de Periodistas de "Al compas de las noticias", "Tambores en la noche" y "Las Vírgenes negras" ; Escuela Solidaridad con Cuba "Chaubloqueo"; Espacio Alternativo, Madrid; Familiares de Asesinados y Heridos del 19 y 20 de diciembre de 2001; Familiares de Desaparecidos (La Plata); FIDELA Fundación de Investigación y Defensa Legal Argentina; FOCO Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos Programa del INPADE; Foro Nacional Ypefiano; Foro por la Memoria de Granada (España); Frente de Organizaciones Sociales FOS; Frente José Martí; Frente Popular Darío Santillán; FUBA; Fundación Pedro Milesi y Biblioteca Popular de Bella Vista (Córdoba); Galpon sur; Grupo de Investigación sobre el Genocidio en Tucumán; H.I.J.O.S. Red Nacional; HIJOS; Hijos del Exilio; ICUF (Idisher Cultur Farband / Federacion de Entidades Culturales Judias de la Argentina); Instituto de Relaciones Ecuménicas IRE; Junta Interna ATE Hospital Garrahan; Junta Interna de ATE-INDEC; Junta Interna de ATE-INTA, Castelar; Juventud Rebelde 20 de diciembre; La Marea, revista de cultura; Liberpueblo; Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH); Lista Violeta FOETRA Buenos Aires; MAR Movimiento Argentina Rebelde; Marabunta Izquierda Revolucionaria (M-IR); Mate Amargo – Círculo de oyentes; MEDH; Mesa Provisoria del MIC (Movimiento Intersindical Clasista):; Movimiento Estudiantil Liberación; Movimiento Independiente Popular – La Matanza; Movimiento Norte Grande Filial Tucumán; Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST); MPR – Quebracho; MST; MTR Santucho; MUI- LA PLATA; Multisectorial Chau Pozo; Multisectorial de Solidaridad con Cuba; Mutual Juana Azurduy; Nueva Corriente Docente agrupación interna de Amsafe-Santa Fe- La Capital ; Opinion Socialista en el FTP Monte Caseros Corrientes; Organización Venezuela DICE; Partido Ari de Lomas de Zamora; Partido Comunista ; Partido Comunista Revolucionario; Partido de la Liberación; Partido de los Trabajadores Socialistas PTS; Partido Obrero; Partido Revolucionario (Marxista Leninista) – PR (M-L); Partido Revolucionario de los Trabajadores; Patria Libre Paraguay; Periódico DESDE BOEDO (Mario Bellocchio - Director-propietario); Polo Obrero; Por Casa de DD HH de Quilmes, Dra Mónica Frade.; Primer Museo Suramericano "Ernesto Che Guevara" ; PRS-LCO Partido de la Revolución Socialista – La Causa Obrera; Red Eco Alternativo; REDH - Red Solidaria por los Derechos Humanos; Repique – acción colectiva frente a la represión; Sindicato Empleados de Comercio de Tres Arroyos; Socialismo Libertario; Trabajadores Ex Jabón Federal; Unidad Antirrepresiva por los Derechos Humanos - Rosario; Unión de Trabajadores Desocupados, Ocupados y Changarines - UTDOCH; Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad; Vecinos por la Memoria de Olimpo y Orletti;......
septiembre 19, 2006
¡¡Bitácora de arranque de Colectivo de Izquierda!!
Dicen los que saben, que charlar en Platón o en el bar del centro de estudiantes, discutir ideas, indignarse y cagarse de la risa es uno de los deportes favoritos de los estudiantes de filo (uno de los pocos deportes en donde el doping sale en la revista Noticias). Dicen también que el problema de ese deporte es que raramente se anima a jugar por los porotos. Como si faltara el hacerse cargo de que un montón de cosas que vemos de la universidad en general, de la facultad, de cada una de las carreras, de la materia que cursamos y del compañero/a de al lado no solo están presentes para ser objeto de agudas reflexiones, de perspicaces comentarios, de ácidos chistes o, aún, de indignaciones y vendettas personales. Dicen que están para jodernos doblemente: la primera vez por su existencia (lo malo en sí mismo) y la segunda por demostrarnos, por denunciar que, a pesar de haber sido reconocidos como problemas, nosotros no nos le animamos (lo malo en nosotros mismos).
Es obvio que no todos los estudiantes tienen la misma visión de lo que pasa a su alrededor entre fecha y fecha de inscripción a finales. Tanto a la hora de reconocer problemas e interconectarlos como a la de marcar responsabilidades hay algo así de 231 miradas distintas en una cursada de 34 personas, y ni hablar si a eso le sumamos la respuesta más o menos formada que le oponen. Sin embargo nuestra experiencia (la de los que suscribimos a esto que vos lees si es que no tenés como política esquivar volantes) es que hay toda una serie de cuestiones que llenaban nuestras conversaciones y que más o menos nos unían y que, además, podían sintetizarse en la frase “puta, la universidad debería ser otra cosa”.
Ojo, que de ahí a jugarse, a cambiar la mirada y poner un poroto en la mesa para cantar envido ya es otra cosa. Nos costó bastante el romper con la tendencia y empezar a deshacer eso “malo en nosotros mismos”, el hacernos cargo de que algo debíamos hacer todos los que, mesa y distintos brebajes de por medio, nos juntábamos a “meternos cartucho”.
Entonces juntamos valor y tomamos la decisión de ponerle el cuerpo a eso, de intentar hacer cosas que muevan la aguja en el lugar donde nos toca estudiar -o eso que esta sociedad dice que es estudiar- para recibir luego de un tiempo la certificación estatal que reza: “este/a tipo/a es re capo en...”-. Pero ¿Qué hacemos para “mover la aguja”? Después de cinco minutos sufrimos una desbandada total, ¡¿Qué carajo hacemos?!. La pregunta hacia eco en nuestras cabezas pero finalmente logramos no dejarlo vacío.
Quemando los últimos cartuchos, pudimos achicar el pánico y volver a sentarnos. Y eso gracias a –solo- dos cosas: primero, un iluminado sentenció que, tal vez, si a ninguno de nosotros se nos ocurría nada demasiado novedoso al respecto, en una de esas era porque era más simple el asunto, “sin efectos especiales” dijo. Lo segundo fue darnos cuenta que no debíamos negar las preguntas, sino abrirlas al resto de los que andaban por ahí practicando el deporte favorito de filo. Sin ponernos demasiado filosóficos es claro que un par de buenas preguntas desarman al más pintado, y como la idea es desarmar y rearmar a la propia universidad… imaginate.
Poniéndonos mas serios –aunque ¿quién dijo que el humor no es serio?- podemos decir que, hasta ahora, los consensos logrados son varios.
En primer lugar, reivindicamos la necesidad de un cambio radical de nuestra universidad, en el marco de un cambio revolucionario que haga saltar por el aire las bases de explotación e injusticia en que se sustenta la sociedad capitalista en que vivimos .
Ese cambio radical ha de estar orientado a lograr una universidad donde la creación y recreación del conocimiento se ponga al servicio de la lucha por una sociedad nueva, hecha de hombres y mujeres nuevos, sin opresores ni oprimidos. Acabar con la opresión ha de implicar necesariamente acabar también con sus parientes académicos: la alienación o el oxímoron de la ciencia acrítica y el parcelamiento del saber súper-especializado, que implica su suicidio.
Creemos, a su vez, que esto solo es posible si nos atrevemos a pensar la política como un diálogo, pensar la construcción y la organización de poder estudiantil desde (y esto parecería una cargada sino tuviéramos ejemplos permanentes de lo contrario) el encuentro entre pares; pensar la discusión y la práctica como momento no separado de la pregunta y la reflexión conjunta.
Pero ojo! Que hablar de acuerdos no significa negar la necesidad del disenso como espacio abierto en el cual han de emerger nuevos interrogantes y desafíos. Hablar de acuerdos implica reconocer una serie de cuestiones que han surgido de nuestro constante pensar y repensar la practica cotidiana de ser estudiante en Filo. Cuestiones que, al ser pensadas, nos sirven a la vez como guía para esa misma práctica de la que surgieron.
Si bien reconocemos a las organizaciones preexistentes como validas, valiosas (obvio que no las “Puán 8-40” o “la-universidad-al-servicio-del-mercado”) y hasta por momentos heroicas, estuvimos discutiendo mucho y por ahora pensamos que con ellas nos encontramos y nos encontraremos en el ámbito más importante: la lucha por una universidad mejor. Pensamos que el resto del camino hacia la unidad en un verdadero espacio de transformación debe estar marcado por la necesidad del propio movimiento, el tema es estar dispuesto, otra vez, a jugarse. La propuesta hoy es darnos un lugar bajo el sol, un lugar que debemos asumir como nuevo porque en lo conocido todavía no hemos logrado satisfacer nuestras necesidades de comparecer, de hacer algo de manera distinta.
Aportar a la lucha por una universidad abierta, no arancelada, autónoma del poder estatal y económico, en donde la democracia interna incorpore en un verdadero encuentro a estudiantes, graduados, docentes y no docentes también forma parte de nuestros consensos; creemos que cada una de estas cuestiones son importantes en sí, y que lo son aún más como condición de posibilidad de los cambios que tienen que configurar una universidad al servicio, digámoslo de una vez, de la liberación del hombre.
Creemos que jugar por los porotos quiere decir jugarse. No solo jugarse en escribir esto que estás leyendo, sino jugarse a abrir el juego, e invitarte a que te arrimes y te fijes, si es que te gustó lo -poco de- propositivo de este texto. Que vengas a ver como hacemos para multiplicar la mirada crítica, la decisión de bancar el cambio que tiene que venir y, de paso, traete galletitas que siempre andamos con hambre.
Es obvio que no todos los estudiantes tienen la misma visión de lo que pasa a su alrededor entre fecha y fecha de inscripción a finales. Tanto a la hora de reconocer problemas e interconectarlos como a la de marcar responsabilidades hay algo así de 231 miradas distintas en una cursada de 34 personas, y ni hablar si a eso le sumamos la respuesta más o menos formada que le oponen. Sin embargo nuestra experiencia (la de los que suscribimos a esto que vos lees si es que no tenés como política esquivar volantes) es que hay toda una serie de cuestiones que llenaban nuestras conversaciones y que más o menos nos unían y que, además, podían sintetizarse en la frase “puta, la universidad debería ser otra cosa”.
Ojo, que de ahí a jugarse, a cambiar la mirada y poner un poroto en la mesa para cantar envido ya es otra cosa. Nos costó bastante el romper con la tendencia y empezar a deshacer eso “malo en nosotros mismos”, el hacernos cargo de que algo debíamos hacer todos los que, mesa y distintos brebajes de por medio, nos juntábamos a “meternos cartucho”.
Entonces juntamos valor y tomamos la decisión de ponerle el cuerpo a eso, de intentar hacer cosas que muevan la aguja en el lugar donde nos toca estudiar -o eso que esta sociedad dice que es estudiar- para recibir luego de un tiempo la certificación estatal que reza: “este/a tipo/a es re capo en...”-. Pero ¿Qué hacemos para “mover la aguja”? Después de cinco minutos sufrimos una desbandada total, ¡¿Qué carajo hacemos?!. La pregunta hacia eco en nuestras cabezas pero finalmente logramos no dejarlo vacío.
Quemando los últimos cartuchos, pudimos achicar el pánico y volver a sentarnos. Y eso gracias a –solo- dos cosas: primero, un iluminado sentenció que, tal vez, si a ninguno de nosotros se nos ocurría nada demasiado novedoso al respecto, en una de esas era porque era más simple el asunto, “sin efectos especiales” dijo. Lo segundo fue darnos cuenta que no debíamos negar las preguntas, sino abrirlas al resto de los que andaban por ahí practicando el deporte favorito de filo. Sin ponernos demasiado filosóficos es claro que un par de buenas preguntas desarman al más pintado, y como la idea es desarmar y rearmar a la propia universidad… imaginate.
Poniéndonos mas serios –aunque ¿quién dijo que el humor no es serio?- podemos decir que, hasta ahora, los consensos logrados son varios.
En primer lugar, reivindicamos la necesidad de un cambio radical de nuestra universidad, en el marco de un cambio revolucionario que haga saltar por el aire las bases de explotación e injusticia en que se sustenta la sociedad capitalista en que vivimos .
Ese cambio radical ha de estar orientado a lograr una universidad donde la creación y recreación del conocimiento se ponga al servicio de la lucha por una sociedad nueva, hecha de hombres y mujeres nuevos, sin opresores ni oprimidos. Acabar con la opresión ha de implicar necesariamente acabar también con sus parientes académicos: la alienación o el oxímoron de la ciencia acrítica y el parcelamiento del saber súper-especializado, que implica su suicidio.
Creemos, a su vez, que esto solo es posible si nos atrevemos a pensar la política como un diálogo, pensar la construcción y la organización de poder estudiantil desde (y esto parecería una cargada sino tuviéramos ejemplos permanentes de lo contrario) el encuentro entre pares; pensar la discusión y la práctica como momento no separado de la pregunta y la reflexión conjunta.
Pero ojo! Que hablar de acuerdos no significa negar la necesidad del disenso como espacio abierto en el cual han de emerger nuevos interrogantes y desafíos. Hablar de acuerdos implica reconocer una serie de cuestiones que han surgido de nuestro constante pensar y repensar la practica cotidiana de ser estudiante en Filo. Cuestiones que, al ser pensadas, nos sirven a la vez como guía para esa misma práctica de la que surgieron.
Si bien reconocemos a las organizaciones preexistentes como validas, valiosas (obvio que no las “Puán 8-40” o “la-universidad-al-servicio-del-mercado”) y hasta por momentos heroicas, estuvimos discutiendo mucho y por ahora pensamos que con ellas nos encontramos y nos encontraremos en el ámbito más importante: la lucha por una universidad mejor. Pensamos que el resto del camino hacia la unidad en un verdadero espacio de transformación debe estar marcado por la necesidad del propio movimiento, el tema es estar dispuesto, otra vez, a jugarse. La propuesta hoy es darnos un lugar bajo el sol, un lugar que debemos asumir como nuevo porque en lo conocido todavía no hemos logrado satisfacer nuestras necesidades de comparecer, de hacer algo de manera distinta.
Aportar a la lucha por una universidad abierta, no arancelada, autónoma del poder estatal y económico, en donde la democracia interna incorpore en un verdadero encuentro a estudiantes, graduados, docentes y no docentes también forma parte de nuestros consensos; creemos que cada una de estas cuestiones son importantes en sí, y que lo son aún más como condición de posibilidad de los cambios que tienen que configurar una universidad al servicio, digámoslo de una vez, de la liberación del hombre.
Creemos que jugar por los porotos quiere decir jugarse. No solo jugarse en escribir esto que estás leyendo, sino jugarse a abrir el juego, e invitarte a que te arrimes y te fijes, si es que te gustó lo -poco de- propositivo de este texto. Que vengas a ver como hacemos para multiplicar la mirada crítica, la decisión de bancar el cambio que tiene que venir y, de paso, traete galletitas que siempre andamos con hambre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)